ƁƦ | ❝Nada es más doloroso para la mente humana que un gran y repentino cambio❞
Flashpoint ha desafiado las reglas de la realidad, creando un mundo donde la magia sólo se ve opacada por la maldad que ésta trae consigo.
Camila Rojas, una joven perio...
'Salían corriendo de puertas, ventanas y alcantarillas, ratas de todos los tamaños, todas tras el flautista.' ═══════════════════════════════
El área está acordonada. La escena parece sacada de una pesadilla ártica. Los cuerpos están completamente congelados, cubiertos por una gruesa capa de hielo que brilla bajo la débil luz del sol. El suelo está resbaladizo, y las paredes de los edificios cercanos están cubiertas de cristales de escarcha.
Es otro día nublado en Portland.
Wu recibe a Nick y Hank mientras les informa del incidente.
—Esto es lo más extraño que he visto —Wu señala los cuerpos—. Según los forenses, estos hombres murieron por hipotermia extrema, pero no tiene sentido.
Nick se agacha para examinar uno de los cadáveres. Su piel está azulada, y su expresión es de terror puro. El hielo alrededor de los cuerpos forma patrones fractales, como si hubieran sido atrapados en una tormenta congelante de segundos.
—¿Qué significa "hipotermia extrema"? —pregunta Hank.
—Bueno, técnicamente, el cuerpo humano empieza a mostrar signos de hipotermia cuando la temperatura corporal baja a menos de 35°C. Pero esto... —Wu les muestra el termómetro que sostiene con su mano enfundada en un guante de látex azul—. Estos cuerpos llegaron a menos de 40°. Y sucedió tan rápido que ni siquiera tuvieron tiempo de reaccionar. El hielo aún no se derrite del todo, y la temperatura aquí estaba bajo cero cuando llegamos. Como si alguien hubiera lanzado un cóctel molotov de nitrógeno líquido.
Hank frunce el ceño mientras observa la escena.
—¿Dices que alguien los congeló instantáneamente?
—Eso parece. Pero lo más extraño es que el hielo no se formó de manera natural. Hay rastros de energía criogénica en las muestras.
Nick se aleja para buscar patrones en el hielo. A unos metros de donde los cuerpos fueron hallados, hay una alcantarilla cuya rejilla está parcialmente cubierta de hielo. Nick se acerca, observando huellas pequeñas sobre la rejilla, como si dos pares de pies hubieran presionado el hielo antes de escabullirse hacia abajo.
Hank lo alcanza y sigue su mirada.
—¿Qué crees que sea eso?
—Tal vez alguien que alcanzó a huir de la tormenta —responde Nick—. Wu, ¿puedes conseguir el equipo para bajar? Necesitamos saber quién más estuvo aquí.
—En camino —dice Wu, antes de intercambiar unas palabras en su radio. Luego añade—: En Portland ese tipo de energía criogénica es imposible de replicar con nuestra tecnología actual. Pero escuché que en Central tienen un arma así —asiente con la cabeza, como si finalmente hubiera sido derrotado en un juego inventado por él mismo—. Está bien, seré el primero en decirlo: esos locos llegaron a nuestros límites.
Antes de que sus compañeros puedan comentar al respecto, uno de los forenses se acerca.
—Detectives, hemos encontrado algo más.
Les muestra una bufanda roja con rastros de escarcha, demasiado pequeña como para pertenecer a los adultos en la escena. Nick siente un nudo en el estómago.
—Esto es de un niño.
Hank se inclina para observarla.
—¿Qué clase de niño andaría por este callejón, a mitad de la noche?
—El tipo de niño que vive en las calles —contesta Nick, mirándolo.
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