Capítulo Treinta y Nueve Pt.2

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La mayoría del tiempo, Mingi olvidaba que Yunho venía de la familia más pudiente del vecindario

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La mayoría del tiempo, Mingi olvidaba que Yunho venía de la familia más pudiente del vecindario. Y no era mucho decir, porque todos ahí cojeaban de una pata u otra, pero las diferencias se notaban apenas con pararse en su puerta.

Los Jeong tenían una casa bonita y amplia, dos autos, jardín y terraza. El señor Jeong usaba camisas caras y un reloj dorado, y siempre llegaba a casa con flores para su esposa, la señora Jeong, quien gastaba demás en el mercado sólo para que sus amigas -y no tan amigas, como la señora Song- vieran su abultada cartera.

Mingi pensó en las alianzas baratas que llevaba en el bolsillo, y se preocupó.

Su madre siempre se había quejado, de puertas para adentro, de lo insufribles que eran los Jeong. Y tan insufribles eran como maleducados, pensó Mingi, cuando no le dirigieron la palabra en toda la tarde y lo que iba de la noche.

Mientras simulaba lavarse las manos para cenar, Yunho lo miró con bochorno.

-¿Seguro que no quieres que nos vayamos?-le preguntó.

De querer, sí quería. Le hubiera encantado estar en ese entonces con Yunho en su casa de Busan, haciendo cualquier otra cosa antes que cenar con sus padres. Sin embargo, no era algo que podía decirle así como así.

"Llévame a casa, tus padres apestan". No sonaba bien ni en su cabeza.

-Creo que estás demasiado tenso-dijo, en su lugar.

-No, no...-Yunho se miró en el espejo, pensando-sé que se comportarán como auténticos idiotas, los conozco.

Mingi sintió algo de lástima por la forma en la que lo dijo.

-Ya, mírame-pidió, acariciando su antebrazo para llamar su atención-no te preocupes tanto, no pueden decirme nada que no haya oído antes.

-No lo sé, Minky.

-Es sólo un fin de semana, pronto estaremos en casa de nuevo y las cosas serán mejores. ¿No es eso lo que me dices siempre?-preguntó-¿Que todo pasará?

Yunho asintió no muy convencido. Recibió un beso de su novio en la mejilla y decidió volver al comedor, en donde la cena humeaba sobre la mesa.

La señora Jeong había preparado la comida más picante que hubiera podido hallar en su libro de recetas. Pulpo frito, pollo en llamas, fideos de marisco, y un kimchi del infierno que ni siquiera Yunho soportaba. Mingi pensó rápidamente en el arroz, y decidió que se quedaría con eso.

-Mingi no come comida picante, mamá.

Por debajo de la mesa, Mingi le pisó la punta del pie.

-Bueno, entonces deberá comer en otro lado-la mujer mostró una sonrisa sínica mientras tomaba sus palillos con ambas manos.

Yunho se calló, con la mandíbula apretada, cuando el pisotón de Mingi se hizo más fuerte.

-¿Qué tal la escuela?-el señor Jeong saltó a la conversación mientras comenzaba a comer-¿Cuántas materias has aprobado hasta ahora?

Blame The Rain.  ~Yungi~ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora