Capítulo Dieciocho.

1.8K 198 36
                                    

Kim Byeongkwan tenía tan sólo una fina camisa blanca cayendo por su estilizado cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kim Byeongkwan tenía tan sólo una fina camisa blanca cayendo por su estilizado cuerpo. Las manos que recorrían su piel se sentían fuertes y nada gentiles, casi llegando a lastimarlo con su agarre, pero no le importaba jugar un poco rudo.

Todavía.

Menos aún cuando se trataba de Park Chanyeol, quien en ese momento tenía la boca pegada a su cuello.

El hombre tenía fuerza, y quizás no sabía -o no quería- controlarla del todo. Sus manos se deslizaban hacia arriba desde sus caderas, presionando tanto que la piel del chico acompañaba a sus palmas por un momento antes de quedarse en su lugar. Sus dedos, fríos y toscos, presionaban en sus costillas por la parte trasera, haciéndole sentir que iban a incrustarse entre ellas de de un momento a otro.

La boca de Chanyeol era otro tema. La misma que hablaba tan elocuentemente en clase, era la que ahora atacaba y mordía el camino a sus clavículas, raspando con los dientes y dejando marcas rojizas detrás de sí. Por más que Byeongkwan intentaba que todo fluyera más lento, Chanyeol no se lo permitía. Parecía ido, hambriento, como un animal salvaje que no había comido en días.

Le fascinaba el aroma del muchacho entre sus brazos. El menor olía como a almendras, algo que iba siendo una mezcla entre lo dulce y lo elegante, opuesto y similar en partes iguales a su propio aroma. Chanyeol manoseaba -no hay otra palabra para describirlo- su cuerpo como si hubiera estado privado del contacto humano por décadas. Como si no pudiera esperar para enterrarse en él.

Byeongkwan hizo volar los botones de la camisa ajena con un solo tirón, dejando a la vista el pecho y abdomen de Chanyeol y, entonces, lo empujó a la cama. El más alto cayó tendido en el colchón, disfrutando la vista del precioso chico gateando para acercarse a él. Los labios rojos y calientes de Byeongkwan bajaron por la línea de sus abdominales, pasando por su ombligo y besando más abajo sobre la tela de su ropa interior.

-¿Lo quieres?-preguntó, seduciéndolo con todas sus armas a la vez, su voz sonando melosa y sus labios invitándolo a decir que sí-¿Quieres mi boca, Hyung?

Chanyeol asintió, algo ido. La anticipación corriendo por su cuerpo mientras él bajaba su ropa interior hasta liberar su miembro, y hundirlo en la calidez abrumadora y húmeda de su boca. Chanyeol soltó un gruñido y arqueó la espalda, su mano derecha se cerró en un puñado de cabello del menor, obligándolo a tomar más de él.

Chanyeol ni siquiera preguntó si podía tomarlo, simplemente usó la boca de Byeongkwan para aliviar la tensión que sentía. Las uñas del muchachito se clavaron en sus muslos mientras sus caderas embestían sin cuidado.

Cuando la punta del miembro tocó su garganta, Byeongkwan hizo todo lo posible para zafarse de su agarre y, cuando por fin logró soltarse, lo hizo con la mandíbula dolorida y el mentón lleno de saliva. Respirando agitado, miró a Chanyeol con los ojos cargados de lágrimas por la reciente desesperación de no tener tiempo para respirar con él en su garganta.

Blame The Rain.  ~Yungi~ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora