Capítulo Once.

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Park Seonghwa podía decir que llevaba un par de horas despierto, aunque comenzaba a dudar de si realmente había dormido o no

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Park Seonghwa podía decir que llevaba un par de horas despierto, aunque comenzaba a dudar de si realmente había dormido o no. No habían llegado a ser las cinco antes de que se hallara a si mismo con los ojos fijos en el techo y un dolor punzante bailando en su cabeza. Para las cinco y media, se resignó a aquella situación tal como se había resignado a ella todas las mañanas anteriores. La verdad era, pues, que había estado esperando que sucediera.

En el silencio muerto de la casa, le echó una mirada a su novio, hallándolo tan profundamente dormido que la envidia se revolcó en su interior. Estiró una mano hacia él para cubrir su espalda desnuda con las mantas, y suspiró.

-¿Hwa? ¿Ya te vas a la...la...mhm?

Un par de caricias en el cabello le bastaron para volver a dormirse del todo, y Seonghwa pudo por fin salir de la cama sin preocuparse por despertarlo. El café dulce de todas las mañanas esperaba por él en la cocina, así que se tiró un abrigo cualquiera encima antes de salir de la habitación y comenzó a pensar en qué taza usaría en esta ocasión, como si aquello fuera la tarea más importante del día.

Sus planes de utilizar la taza de pollito de Hongjoong, aquella que él mismo le había comprado hace algunos meses, se frustraron al verla entre las manos de Yunho.

¿Pero qué hacía Yunho a esa hora en la cocina, sentado en el desayunador con cara de miseria? La taza, de un amarillo chillón y con el pico de un pollito sobresaliendo de la porcelana, desencajaba totalmente con su apariencia esa mañana. Seonghwa le pasó por al lado y se detuvo un momento, pero él no pareció reparar en él. Había un para nada bonito par de ojeras bajo sus ojos, y estos se mantenían pegados a la madera del desayunador incluso cuando Seonghwa hacía bastante ruido al chocar las tazas en la alacena.

-¿Yunho?

El muchacho volteó inmediatamente hacia la puerta, como si esperara a alguien, y la decepción en su gesto fue notable al notar que solamente se trataba de Seonghwa. Sus ojos cansados se fijaron finalmente en él y dejaron ver una ligera hinchazón en sus párpados. El rostro de Yunho estaba lleno de lo que Hongjoong llamaba "cicatrices de llanto". Ojos hinchados, labios y nariz roja, piel brillante y frágil en las ojeras. Un aura triste que le pintaba el rostro de azul.

-Buen día-musitó, volviendo a esconder la mirada.

-¿Te encuentras bien?

Yunho asintió en un primer momento, sin embargo, luego pareció dudar de su respuesta. Abrió la boca para contestar, pero terminó dándose cuenta de que no sabía qué decir y volvió a cerrarla. Por supuesto que nada estaba bien. No había podido dormir y había terminado lloriqueando en el baño como un idiota, cubriéndose la cara con una almohada para que Mingi no fuera a oírlo.

Dormir junto a él después de las cosas que había dicho había sido un absoluto infierno, pero todo estaba perfecto, pensó. No iba a tirarse en los brazos de Seonghwa a llorar por eso.

Blame The Rain.  ~Yungi~ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora