Blame The Rain. ~Yungi~ [EN EDICIÓN]

Epílogo.

CW⚠️: Mención de transtornos alimenticios//violencia doméstica//bullying.

La casa de verano de los Choi era mucho más bonita de lo que Mingi recordaba. Si era sincero, había olvidado en dos años gran parte de como se veía, y a duras penas podía decir de qué color eran las paredes sin mirarlas. Los espacios en su memoria habían dejado intactos únicamente los momentos que había vivido allí con Yunho, y nada más. Se le ocurrió que, quizás, había estado tan triste cuando llegó a ella por primera vez, que ver lo bonita que era le había resultado imposible.

Esa ardiente tarde del ocho de agosto, cuando dejó sus maletas en el piso de su habitación, casi pudo verse a sí mismo llorando sobre la cama. Se quedó parado un rato, oyendo el barullo de los demás abajo, y pensando en lo lejano que se sentía todo aquel desastre ahora, cuando lo único que quedaba era una cicatriz en su corazón.

Mingi abrió la ventana del cuarto para que la brisa del mar entrara, y se sentó en la cama a responder los mensajes que había ignorado en el camino.

Baek-Hyung 💌:

"¡Mingi-ah, feliz casi cumpleaños! Jongdae y yo volveremos a Busan en un par de días, así que estoy seguro de poder pasar a saludarte. ¡Tengo que contarte muchas cosas! Por ahora, te mando una foto que Jong tomó esta tarde, soy yo haciendo tu pastel.

Pd: Espero que estés siendo muy feliz, dile a tus amigos que les mando saludos.

Con amor, Hyung."

Mingi releyó el mensaje un par de veces antes de responder. Llevaba poco más de un año en contacto con Baekhyun, y le alegraba notar que había mejorado su vida en muchos aspectos. Siempre había tenido, ahora que lo recordaba, una especie de afinidad con él que iba más allá de las desgracias que los habían unido. Durante ese tiempo, Baekhyun le había contado sobre su nueva universidad, sobre Jongdae, y sobre un montón de cosas nuevas que había estado haciendo, y ni una sola palabra habían dicho sobre Chanyeol.

Ni siquiera sabían qué había sido de él, pero daba igual. Baekhyun se había convertido en un amigo más, y se veía más feliz. Mingi estaba contento con eso.

Y Yunho, como consecuencia, estaba feliz también.

-¿Qué haces aquí solo?

La voz del mayor llegó a él desde la puerta, en una pregunta con tintes de diversión. Yunho cruzó la distancia entre la puerta y la cama, y se sentó a su lado con un brazo sobre sus hombros.

-¿Todo en orden?

A pesar de que las heridas habían sanado, Yunho nunca había perdido la costumbre de preguntar aquello. Mingi asintió, como llevaba haciéndolo desde hace muchos meses, y le mostró la foto en su celular.

-Ah, seguramente te hará un pastel hermoso-comentó el mayor, ampliando la imagen-los chicos y yo te haremos uno esta noche.

-No tienen que hacerlo, podemos sólo cenar y ya está.