Capítulo Veintinueve.

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El jueves por la mañana, casi sin darse cuenta, Mingi volvió a hallar comentarios hirientes en internet

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El jueves por la mañana, casi sin darse cuenta, Mingi volvió a hallar comentarios hirientes en internet. A alguien, en algún lugar, le había parecido una buena idea volver a subir el video con un comentario parecido a "Probablemente ni siquiera Chanyeol recuerde a este chico, pero los ruidos que hace son realmente ridículos. No puedo dejar de reír cada vez que lo veo."

Las respuestas a aquella publicación estaban llenas de comentarios obscenos que lo hacían sentir sucio. Gente que ni siquiera conocía opinaba sobre su cuerpo y dejaba muy en claro lo que harían con él si se lo cruzaran. Mingi se sintió tan, tan triste, y tuvo tanto miedo. Aquel sentimiento oscuro y frío se arremolinó en su pecho como un tornado dañino, destrozando al resto de sus emociones.

Incluso en medio de una clase llena de actividades, su mente seguía pendiente a aquellos comentarios. Dolían, pensó Mingi, por mucho que intentara ignorarlos, porque su cabeza no dejaba de darle vueltas sólo para terminar coincidiendo con ellos.

Sí, era una zorra. Y sí, sí merecía que le dijeran todo eso. Acababa de convencerse de aquello durante el almuerzo. No quería almorzar, vaya, ni siquiera toleraba el aroma de la comida cerca; todo se había vuelto molesto. Juraba que, si su cabeza no se detenía, iba a romper en llanto frente a todos sus amigos.

Entonces, aquel desconocido se acercó a su mesa. Era un muchacho pequeño y de ojos tristones, que vestía ropa simple y pulcra, y traía consigo un aroma a almendras muy sutil. Al principio, Mingi creyó que solamente se trataba de alguien que se había detenido un momento para buscar algo, pero resultó ser algo más.

Resultó ser que no buscaba algo, sino a alguien. A él.

-Lamento molestarlos-su voz era algo grave, pero sonaba clara y suave como la seda-estoy buscando a Song Mingi.

Todos en la mesa pusieron su atención en él, tratando de recordar su rostro de algún lado. Nadie lo conocía, al menos no personalmente. Pero vaya que habían oído su nombre circular en boca de todos.

-Soy Byun Baekhyun-agregó, esta vez su voz falló un poco, como si dar su nombre fuera un hecho vergonzoso en sí mismo.

Hongjoong amplió sus ojos, quedándose estático. No quería actuar como una señora escandalizada, pero no podía creer que se había presentado ahí, de la nada, preguntando por Mingi.

Por cierto, Mingi no entendía nada. Sus ojos estaban fijos en Baekhyun, esperando a que explicara, cuando menos, qué quería con él.

-Soy yo-contestó, apartando del todo su almuerzo y mirando rápidamente a su grupo antes de volver sus ojos hacia él-¿En qué puedo ayudarlo?

Ya había oído su nombre una o dos veces, escuchando medio a escondidas lo que los chicos hablaban. Baekhyun se había aparecido como un presagio de la miseria que lo esperaba en un futuro cercano.

A pesar de ser el símbolo de todo lo que Mingi no quería ser, Baekhyun tenía una energía delicada que hacía imposible la tarea de caerle mal a la gente. Por eso mismo, aunque no se sintiera cómodo sabiendo quien era, a Mingi le fue extremadamente difícil pensar que el muchacho era desagradable.

Blame The Rain.  ~Yungi~ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora