°𓂀°«[¿ʜɪᴘɴᴏꜱɪꜱ?]»°𓂀°

°𓂀°«[ 04 ]»°𓂀°

Una vez más, la llamada no entraba cuando intentaba comunicarse con Jimin, sus mensajes jamás eran vistos y sus emails eran también ignorados, han pasado ya casi tres semanas.

No tenía forma de poder hablar con Jimin, darle una explicación o pedirle disculpas, el señor Park custodiaba la casa mejor que un dragón el castillo, además de causar más temor, así que la idea quedaba descartada.

Se le agotaban los medios y la paciencia, ¡necesitaba ver a Jimin!, le había dado el tiempo suficiente para darle espacio, pero ya no podía más, estaba arrepentido y dispuesto a hacer lo que fuera por tener a su Jimin de vuelta.

Cualquier cosa, sólo quería una respuesta a sus mensajes, prefería incluso algún insulto a su cruel indiferencia, esa mirada que le había dado antes torturaba su conciencia.

Ese no era su Jimin.

-¿Y qué demonios estabas esperando?, ¿que te aplaudiera tu estupidez?, te metiste con su hermano, no fue a mi la traición y también quiero dejar de hablarte-

-No estás siendo de mucha ayuda, Lisa- habló molesto -te lo dije porque necesito un consejo, no que me hagas sentir peor-

-¿Un consejo?, no lo molestes que le irá mejor sin ti-

-¡¿No puedes ser una buena amiga y darme apoyo?!, ¡se que me equivoque, por eso quiero arreglar las cosas!-

-Baja dos rayas a ese tono, el que amando a su novio se metio con otro fuiste tu, no yo- recordó -tal vez no está listo para ver el rostro del imbécil que le rompió el corazón, yo haría lo mismo, vas a parecer un acosador o ex tóxico si continúas, dale tiempo, no estás en posición de ponerte exigente, si quieres recuperarlo en este momento estás para servirle, no para pedir-

Jungkook frunció los labios, no le había mencionado la parte de la hipnosis porque lo tacharia de loco, sólo pudo respirar hondo.

-¿Debo esperar a que él me marque?- preguntó y Lisa rió.

-Ya parece que te va a marcar- se burló -más bien esperar a que a él amanezca con el humor de querer contestarte, pero deja de hacerlo diario, intenta en un mes más-

-¡¿Un mes?!-

-Y se me hace poco tiempo, pero luces como un desesperado, así que un mes para ti está bien, suerte, debo irme ya y gracias por el café- se levantó y se fue después de eso, dejando con el mismo amargo sabor a Jungkook que tenía desde que Jimin no estaba más a su lado.

Al día siguiente Jeon despertó, lo primero que hizo fue coger su teléfono y ver si este sería el día en que podría leer una respuesta por parte de Jimin, pero como había sucedido los días anteriores, los mensajes seguían sin ser vistos, soltó un bufido, miró la pantalla por última vez decidido a realizar una llamada, pero se detuvo al recordar las palabras que su amiga Lisa le dijo el día de ayer.

Suspira, bloquea el teléfono, lo deja sobre su mesa de noche, toma asiento a la orilla de la cama y lleva sus manos a su rostro, se reprende internamente y luego se pone de pie, cogió su toalla y camina arrastrando sus pies directo hacia la habitación de baño.

Un largo día le esperaba y debía mentalizarse a realizar un buen trabajo como siempre, luego de tomar una ducha y vestirse, salió a la sala, le dió una breve mirada a la mesa del comedor, tenía la intención de desayunar antes de ir a su trabajo, pero ver la mesa vacía sin su lindo Jimin esperando por él lo hizo cambiar de opinión sin pensarlo.

Tomó su maleta de trabajo, cogió las llaves de su vehículo, apagó las luces de su casa, cerró la puerta y salió mentalizándose a pasar un nuevo día sin escuchar ni ver a Jimin.

Al llegar a su trabajo, se recuerda de la pequeña junta a la que debe asistir y la capacitación que debe dar a los nuevos empleados para orientarlos en el ámbito de los bienes raíces. Todo parecía aburrido, pero Jungkook no podía negar que le sirvió de mucho para pensar en lo destrozado que se sentía debido a la estupidez que había cometido y que echó a perder su relación.

- Recuerden ser amables siempre, y mantener la elocuencia con los compradores - les recalca Jeon, al grupo de nuevos aspirantes. - Sino tienen alguna pregunta o duda, damos por terminada está etapa de la capacitación-

Jungkook guardó sus cosas lo más rápido que pudo, no quería ser notado por sus amigos de trabajo, no estaba en sus planes ir a beber, solo quería ir a su casa, acostarse en su sofá o en su cama y pensar en una manera de poder establecer contacto con Park.

A toda prisa salió del edificio, bajo del elevador, camino directo hacia el estacionamiento caminando lo más rápido que sus largas piernas se lo permiten, abre la puerta de su auto, lanza su bolso al asiento del copiloto y luego toma asiento, se colocó el cinturón, introdujo la llave a la cerradura, encendió el motor del vehículo y luego arrancó.

El viaje de regreso a su casa estaba siendo tranquilo, el tráfico en la calles no era tanto como en otros días y lo aliviaba demasiado, odiaba el tráfico, pero Jimin siempre encontraba una manera para distraerlo, pero por ahora no tenía al antes mencionado a su lado, esperaba pronto poder tener la oportunidad de solucionar y enmendar su error.

Jungkook frena cuando observa la luz roja del semáforo, mira hacia el frente presenciando como los autos del carril contrario cruzan de forma rápida, desvía su mirada hacia la derecha, ve a unas cuantas personas de pie en la parada de autoboses, nota una valla publicitaria y la observa detenidamente, un chico joven, con buen fisico, hermoso, con cabello de color naranja luciendo su figura sexi junto a sus labios abultados cubiertos por un llamativo labial y sus ojos delineados.

La garganta de Jeon se seca, al darse cuenta que la fotografía de cuerpo completo que está en la valla publicitaria es de Jimin, de su lindo Jimin. Se retiró el cinturón, abrió la puerta de su auto y bajó sin siquiera pensarlo por unos segundos.

Se detuvo frente al anuncio publicitario observando detenidamente al descarado y sexi Jimin de la fotografía. Los estrepitosos sonidos de los cláxones de los vehículos empezaban a escucharse, Jungkook agita su cabeza en constantes ocasiones, se giró sobre sus talones y regresó a su vehículo molesto y con un solo objetivo, buscar a Jimin para intentar llegar a una solución y poder detener lo que sea que había invadido la cabeza del menor.