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Jungkook despertó temprano y con un mejor humor del que solía tener últimamente, Lisa podía decirle cualquier cosa pero el pelinegro estaba seguro de que le tenía el suficiente cariño como para ayudarle a mandar todos sus regalos a Jimin, aunque era un misterio lo que el pelinaranja hacía con ellos al tenerlos en sus manos pero por lo menos estaba seguro de que le llegaban.

Y se encargaba de dejar una nota en cada uno que sólo su Jimin podría identificar.

Así como ahora, aunque Jimin cuidara tanto su peso siempre habían postres que le encantaban y Jungkook lo convencía de comer, estaba casi cien porciento seguro de que desde su debut como modelo, no ha probado de nuevo alguno para cuidarse, pero Jungkook sabe cuánto le gustan y con decisión se alista para ir a comprar en su cafetería favorita, dónde solían ir en cada oportunidad, una rebanada de pastel de frutos rojos y un vaso de licuado de fresa.

Sale de su departamento y camina al elevador, un poco ansioso por la espera mueve el pie y cuando por fin se abren las puertas sale con prisa hasta el estacionamiento, sube a su auto y se pone en marcha a la cafetería.

Al distinguirla a la distancia una sonrisa se planta en su rostro por los muchos recuerdos de él visitando ese lugar de la mano de su Jimin, cada vez más convencido de recuperarlo.

Se estaciona, baja del auto, cierra y entra al local, percibiendo de inmediato el dulce y agradable olor de los postres mientras se acerca al mostrador, dónde un chico se encuentra atendiendo.

-Buen día, ¿que va a ordenar?- pregunta amable.

-Una rebanada de pastel de frutos rojos y un licuado de fresa, para llevar por favor-

-Por supuesto, ¿algo más?-

-Sería todo, gracias- entregó su tarjeta y pagó, toma asiento en lo que espera que le entreguen su orden, observando si había algo nuevo en el lugar después de tener tiempo sin ir, pero seguía exactamente igual.

Un movimiento frente suyo llamó su atención y sin poder evitarlo sus ojos se desviaron curioso, observando primero sin importancia alguna a un chico sentado a dos mesas de él, su rostro era un poco familiar pero no estaba seguro de si era algún conocido, cuándo el chico pareció sentir su mirada volteo a verlo y su sangre se congeló.

El chico también lo reconoció y tuvo la misma reacción, levantándose de inmediato y corriendo, por impulso Jungkook hizo lo mismo y fue tras de él.

-¡Oye!, ¡detente!- gritó Jungkook molesto sin dejar de correr.

-¡Jodete!- respondió sin obedecer.

Jungkook aceleró aún más su paso de ser posible y por impulso se lanzó sobre el chico haciendo que ambos cayeran al suelo.

-¡Eres un maldito demente!- grito molesto el chico.

-Solo cuando se meten conmigo- lo tomó de la camisa -tú y yo debemos hablar-

-No tengo nada que decir-

-Yo creo que sí y lo dirás por las buenas o tendré que usar otros métodos- dijo molesto.

-¿De qué quieres hablar?, ¿cómo anular la hipnosis del cornudo de tu novio?-

-Quiero saber si es real esa hipnosis o si sólo fue un engaño- se levantó y obligó al chico a hacerlo también -pero no me lo dirás aquí, regresemos a la cafetería-

-Puedo caminar por mi cuenta- mencionó al ser jalado de su ropa.

-No confío en que tan cierto es eso -

-Claro, dudas porque lo has perdido - chista el chico, tomando asiento en el mismo lugar en el que se encontraba con anterioridad. -Y para siempre - añade con una enorme sonrisa en su rostro, mientras se cruza de brazos, observando como el pelinegro toma asiento frente a él.

-Sí, eso es lo que tú piensas - replica Jeon, con seguridad en el tono de su voz.

-¿Por qué no aceptas que eres un idiota, bueno para nada, y que lo has perdido para siempre? - lo confronta el chico.

-Acepto ser un idiota y el resto, pero no que lo he perdido, no voy a rendirme, no me cansaré hasta que él y yo estemos juntos de nuevo - asevera el pelinegro, recargando sus brazos sobre la mesa. - Ahora dime, esa hipnosis es verdadera o falsa -

Un silencio rodea el espacio en el que ambos se encuentran, el chico frente a Jungkook desciende su rostro, mira sus brazos cruzados y pegados a su pecho, suspira y luego una pequeña sonrisa decora su alargado rostro. Eleva su mirada y suelta una pequeña, pero auditiva risilla.

El pelinegro, rechina sus dientes, detesta ser la burla de las personas y está seguro de no querer seguir siendo el motivo de risa del chico que dijo haber hipnotizado a su lindo Jimin meses atrás.

-Basta - brama entre dientes, Jungkook. Levantándose del asiento, haciendo su cuerpo hacia el frente mientras empuña sus manos. - Dime o haré que me lo digas de otra manera que estoy seguro que no te agradará - lo amenaza.

La risilla es acallada por la amenaza de Jeon, el chico pasa saliva y asiente un par de veces.

-Es lo que creí - dice en voz baja el pelinegro, tomando asiento nuevamente. - Te escucho -

-Sabes, no entendía el por qué de todo esto, pero ahora lo comprendo todo - comienza a hablar el chico. - Cada quien decide cómo afrontar sus problemas, y tal vez la mejor opción de Jimin fue está -

-Entonces... -

-Guarda silencio - interviene el chico. - Amar a alguien nos hace fuertes y también nos debilita. Pero tener el coraje que Jimin tiene es de otro nivel, él decidió afrontar tu infidelidad de está manera. Tú no puedes decirle cómo manejar el dolor y desilusión que le causaste, no puedes ni siquiera reprocharle el porqué escogió está manera para reparar lo que tú mismo te encargaste de romper -

Jungkook permanece en silencio, el chico se remueve en el asiento al ver a una camarera acercarse a la mesa.

-Su pedido está listo - anuncia, entregándole una bolsa con la rebanada de pastel dentro y un vaso decorado con el logo de la cafetería.

-Gracias - murmura.

-Pude haberme negado a hacer esto, pero Jimin es mi amigo y haré lo que sea por él - prosigue con la conversación el chico, luego que la camarera se ha marchado. - Y para ser sincero - dice mientras se pone de pie. - No me arrepiento de haber aceptado, adiós, Jungkook - culmina.

El pelinegro gira su cuerpo solo un poco, mira la silueta del chico caminar hacia la salida, suspira y regresa a su posición normal. Su humor ahora no era el mismo de cuando despertó y entró a la cafetería, estaba un poco molesto, pero también desilusionado de sí mismo, desilusionado de tenerle demasiado amor a Jimin, y ser el responsable de lastimarlo hasta el punto de llevarlo a tomar decisiones para saber sobrellevar el dolor que le causó.

Ve la bolsa y el vaso, cierra sus ojos y niega; los abre cuando escucha el sonido de su celular alertando de una llamada entrante.

-¿Qué? - atiende de mal humor, luego de haber sacado el celular del bolsillo de su chaqueta.

-Vaya, alguien perdió el buen humor vespertino - bromea Lisa.

-Lisa, ¿qué quieres? -

-Quiero que te des prisa, si no estás en diez minutos en casa no llevaré lo que compraste para Jimin - responde molesta la chica.

-Voy en camino - recita.

Cancela la llamada, guarda el celular en el bolsillo de su chaqueta, se pone de pie camina hacia la salida de la cafetería mientras su mente solo piensa en una cosa, necesita ver a Jimin.

Cancela la llamada, guarda el celular en el bolsillo de su chaqueta, se pone de pie camina hacia la salida de la cafetería mientras su mente solo piensa en una cosa, necesita ver a Jimin

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