Me levanté en medio de una crisis, me temblaron las manos, me latía fuerte el corazón, me faltaban vos. Mí mirada estaba tan desorientada como mí corazón, vuelvo y vuelvo sin razón. Tengo dudas pero ninguna me hace despertar, ¿alguna vez te volveré a encontrar?. Me pierdo entre mí crisis, lloro, río, me escondo, al fin y al cabo, pienso en mí pasado y condiciono mí futuro, dudo y dudo y no me ayudo.
Pienso en claridad y siento, ¿cuánto tiempo tengo que estar adentro?, salgo de mí misma para levantar la cabeza y buscar esperanzas de que algún día voy a salir de este encierro, más no encuentro ningún centro para guiarme. Tengo miedo y tengo hambre, hambre de sentir y hambre de vivir, miedo a morir y miedo a no saber cómo existir.
El otro día esperé y esperé, traté de soltar y me solté a mí. El miedo me abruma, y el que no es miedo me ahoga, la esperanza de que puedo con esto me sostiene pero no es tan fuerte como tu propia mano que siempre estaba para mí.
Un río lleno de piedras que me lastiman cada vez que avanzo en él, tengo miedo y tengo sed, tengo esperanza y a veces tengo fe.
La crisis te ahoga, te arruina, te desecha, te hunde, te mata, te destroza, te tortura, te asusta. Pasé por todas las etapas de crisis, acepté y lloré, caí y volví, frené y seguí, siempre dentro de la misma crisis. No puedo salir del ciclo donde no estás y no puedo imaginarme cuando volverás, espero tanto que termino desesperada. ¿Se puede encontrar calma en el mismo mar en el que la perdiste?, ¿o necesito dejar de nadar contra corriente y dejarme hundir?.
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Diario de una adolescente solitaria
Novela JuvenilAdolescente solitaria escritora de una historia que la apuñaló tantas veces que puede contarla de memoria. -Dedicado a mí misma y a las veces que me escondí o me convertí en un reflejo de los demás para no volver a ser abandonada.