ˢᵒᵇᵉʳ☕︎

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Sigues apoyándote en las estrella pero ellas no saben quién eres. Dices que lo estás haciendo bien, es solo una fase. Te drogas para adormecer el dolor, estás mintiendo.
Tus ojos no son lo mismo
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Hace unas horas, cuando sintió el peso tan ligero de su esposo sobre él despertó y como si un espejismo se tratase Changkyun estiro su mano acariciando su delgada mejilla y comenzando a llorar en su pecho pidiendo perdón una y otra vez. Kihyun estaba confundido pero no podía ignorar ese nudo que se formaba en su garganta, odiaba que su matrimonio no fuera lo suficientemente fuerte para ponerle fin a ese dolor que compartían.

Sus manos viajaron a las de Changkyun y con pena por no poder calmar ese dolor ajeno lo alejo un poco.

- Es tarde, vuelve a dormir. - dijo olvidando como consolar o por lo menos tratar de calmarlo, con lentitud lo retiro de encima de él.

Changkyun se dejó hacer por Kihyun y volvió a su lado de la cama aún sorbiendo su nariz por ese eterno llanto que nunca tenía fin.

- ¿Qué no lo extrañas? - soltó la pregunta el moreno.

Kihyun se quedó mudo sintiendo cada letra que formaba esa palabra como dagas en su corazón. Claro que el también extrañaba al pequeño niño que adoptaron y por crueldad del destino había partido primero.

- Por supuesto que no lo extrañas. Tu ni siquiera querías adoptar -

La culpa en el pecho del aperlado se instala y con rencor se pone de pie siguiendo los paso del otro.

Changkyun se detiene de golpe y lo enfrenta, sus manos toman la mandíbula del menor y la aprieta con fuerza.

- Eres un hijo de puta!! Por tu jodida culpa mate a nuestro hijo. POR TU JODIDA CULPA! - grita.

Las lágrimas de Changkyun caen sin parar, su postura recta y la mirada sobre Kihyun lo hacen encojerce mientras que el aperlado escucha y se cree cada palabra que dice.

Cuando su cuerpo choca con el concreto de la pared Changkyun cierra sus ojos aún sosteniendo ese rostro que alguna vez había representado paz y amor pero que hoy en día no dejaba de sentir asco siquiera de imaginarlo, le recordaba esa mirada cargada de miedo cuando lo perdieron.

Su llanto se desemboca y tapando ese deje de tristeza estampa su puño a un costado del rostro del chico haciéndolo gritar y brincar del susto.

- TODO ES TU PUTA CULPA. TE ODIO MALDITA SEA. TE ODIO - repitió una y otra vez al momento que descargaba su irá en la pared. Kihyun estaba en el piso en posición fetal abrazando sus rodillas tratando de olvidar como había empezado todo.

Después de lo que parecía un infierno eterno escucha la puerta de ese lujoso hogar ser azotada y con la poca estabilidad que le quedaba se pone de pie y camina hasta su cuarto donde sin perder tiempo cae de rodillas frente a la cama y con la desesperación en su corazón comienza a llorar por todo lo que ha perdido, por las personas que perdió.

Por ese ego que lo había hecho pensar que su matrimonio lo superaría todo pero por sobre todo en su corazón yacía una daga que se clavaba cada vez más por no poder retroceder el tiempo y detener a ese conductor ebrio que les quitó su sueño más grande, que le quito al niño que Changkyun amo desde el primer momento que lo vio y que Kihyun había empezado aprender amar.

Con él nerviosismo, el dolor y la des-esperanza coloco sus manos una sobre la otra buscando ese metal que le daba tranquilidad pero cuando no lo encontró una alarma se enciendio en su cabeza, sorbiendo la nariz y con pasos torpes se puso de pie y recorrió la habitación en busca del anillo.

Al no hallarlo se tenso y recordo como Changkyun había tomado con delicadeza y añoranza su mano despertandolo por completo antes de verlo romper en llanto encima de él.

El llanto de Kihyun resuena por toda la habitación una vez más, esa misma que solía compartir con su esposo Changkyun y que ahora compartía con un hombre lleno de ira y rencor. Sus mejillas empapan las palmas de sus manos quienes cubren su rostro como si fuera a desaparecer su dolor de esa forma. El anillo que acostumbraba acompañarlo en las buenas y en las malas había desaparecido para siempre, Changkyun se lo había quitado hace unas horas, de eso estaba seguro, probablemente para cambiarlo por alguna droga de las que hace más de un año comenzó a usar para hacerlo ajeno de esos recuerdos que su mente no podía callar.

Kihyun estaba cansado de lo mismo, pero no se lo diría. Jamás abandonaría a su esposo, al amor de su vida, no importaba que se llevara todo lo material, todo aquello que guardaba recuerdos especiales, podría darle su corazón propio, todo lo que le pertenecía a él, a ambos, al mundo.

Lo perdería todo, se lo daría todo.

Así sería su vida, viendo bailar su culpa entre llantos disfrazados de una sádica sonrisa de amor del hombre más hermoso que había conocido viendo como cada día se viste de miseria como lo hace él, intentando al mismo momento cerrar sus ojos a esa sobriedad tan cruel en la que vivían.

Lovely ChangkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora