𓁵ᵉˡ ʳᵉʸ ᵈᵉ ˡᵃ ᵐᵘᵉʳᵗᵉ

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La luz de las farolas en la madrugada alumbraban con temor los rincones que la oscuridad se moría por atrapar, Kihyun caminaba con la cabeza abajo y los hombros decaídos mientras sus manos sostenían un par de bolsas repletas de comida chatarra. Era un idiota por aceptar salir a comprar comida a las once de la noche. Pero como siempre tenía suerte de que aquella sombra oscura y aterradora cómo los demonios lo siguiera a paso tranquilo. Sabía que era especial para ese ser que solo se dedicaba a cuidarlo y velar por él de lejos desde que tenía memoria.

Sonrió para sus adentros y trago duro cuando en la esquina, justo donde una farola parpadeaba demostrando que la oscuridad ganaba en ese espacio podía observarlo. Con un traje a la medida, el cabello negro y algo largo junto con esos ojos negros por completo que lo observaban, Ki agachó la cabeza y no pudo evitar sentir sus mejillas calentarse aún en pleno invierno. Era tan incómodo la forma en la que sus ojos lo veían; parecía que frente a él tenía al hombre más hermoso que jamás haya creado dios, al pecado mismo por como cruzaba sus manos cuando recorría su cuerpo con su vacía e hipnótica mirada.

Se sentía extraño bajo su semblante, por una parte quería correr a él y pedirle que lo abrazara para que cubriera esas heridas que siempre cargaba pero por otra parte quería alejarse de él, huir lejos, por que su simple aura le erizaba la piel.

Cuando los pasos se acortaron y paso a lado de el cerro sus ojos y apretó las bolsas con fuerza.

Nunca habían estado tan cerca.

- Buenas noches Kihyun

Su voz lo hizo pegar un grito y arrojar las bolsas al suelo. Llevo sus brazos a su rostro y ahogo un sollozo del susto.

- Lo lamento mi bello ángel.

Hablo bajando el tono de su voz y cambiando su apariencia por una más humana, deja atrás la cola de diablo y los colmillos míticos junto con los ojos negros y la piel pálida. Ahora tenía un adorable suéter morado y unos jeans claros junto con unos Nike blancos.

- ¿Que haces?

Hablo finalmente el mortal cuando sintió como las manos heladas de aquel ser lo sostenían de la cintura para ponerlo de pie.

- No pretendía asustarte - dijo y sacudió la poca nieve que había terminado en los hombros del chico. - Es hora de que vuelvas a casa...

Hablo tan firme que el semblante del chico tembló.

¿A qué se refería con volver a casa? ¿A la suya?

Pero claro que no, el no tenía hogar. Vivir bajo el maltrato constante de su tía era un infierno no un hogar.

- No a esa Kihyun... A mi lado, a tu reino.

Volvió a decir pero esta vez chasqueando sus dedos para que los alimentos desparramados en el piso volvieran a las bolsas y comenzarán a flotar a la espera de que su dueño hablara.

- ¿Ddde qqueee estás hablandddo?

- De nuestra eternidad, tu castigo aquí ha terminado.

- No estoy entendiendo nada... Por favor regresa solo a cuidarme en las sombras, me estás asustando...

Changkyun, quien era así el nombre de la muerte lo observó con un deje de tristeza. Había esperado más de mil años a que su amor volviera a renacer para cumplir ese castigo que su creador le había dado solo por qué ese ángel de alas color perla había caído por la muerte y había dado su vida misma y eso no le gusto para nada a dios. Así terminó, Kihyun, renaciendo cómo humano, condenado a vivir sus primeros mil años de vida en un sueño profundo dónde todo lo que conocía era la crueldad humana y todo lo que había vivido con Changkyun había caído en un bucle oscuro y frío en su corazón.

Lovely ChangkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora