Ya no quedaban divinidades, entidades ni dioses a quienes rogar.
Soñaba con alguna vez ver sus ojos, cómo sería su risa. La necesidad de tomar su mano cuando sintiera su dolor como el mío.
Que se acercara de manera sigilosa después de casi haber recorrido el mundo por mi.
La luz le agregaba siglos a la tortura de no haberlo encontrado.
El océano como sudestada que arremete, secuestró mi rocoso cuerpo esa noche, para soñar en profunda oscuridad rodeado de sus brazos de agua.
Atrapada sin poder morir, pero tampoco vivir.
Me convenzo de que no existes, que el tirón que sentía cuando miraba al cielo no es porque lo estabas mirando también.
No hay nadie ahí.
Prefiero que todas las guerras sucedan en mí, pero no te vayas sueño mío.
No sé vivir sin ti.
Escrito por GenEsys.
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Microrrelatos de Sombras y Marcas
Historia CortaMicrorrelatos que surgen de dormir con la luz apagada.