Fantasma para principiantes [Creek]

Don't kill yourself

34. No te mates.

—Mírate —está diciendo Janet Tucker, clavando su dedo en el costado de Clyde mientras él se detiene en un lugar vacío fuera del edificio del estudio—. Recuerdo esa vez en que tú y Craig dibujaron por todas las paredes de su habitación y luego trataste de comerte uno de sus crayones. Y aquí estás ahora, conduciendo un auto.

Clyde se ríe—. Probablemente el rojo, ¿verdad? Siempre pensé que el rojo era el color más sabroso.

La Sra. Tucker tiene el asiento de copiloto ahora, y Tweek se movió a la parte de atrás. En el espejo retrovisor, puede verla levantar una ceja—. Oh, en serio, ¿los colores tienen sabores ahora?

—Supongo que para mí, sí —dice Clyde, y se ríe de nuevo.

Después de que la Sra. Tucker haya completado un formulario de permiso de estacionamiento que se coloca en la ventana delantera del Rabbit; los dos muchachos comienzan a sacar todo del auto. A pedido de Craig, cada uno de ellos trajo dos mudas de ropa: pantalones negros y una camisa negra, así como jeans azules y una camiseta blanca. Si está haciendo toda una sesión de fotos, había explicado Craig la noche anterior, quiere que todos vistieran igual. También está la pintura blanca y los rodillos que compraron en una ferretería a la vuelta de la esquina; así como dos palos de escoba y algunos restos de madera para los esqueletos.

—Al menos esto le ahorrará un viaje a Token —dice Tweek, juntando toda la madera en sus brazos mientras Clyde levanta el bote de pintura, gruñendo en respuesta.

El estudio que la Sra. Tucker les reservó está solo en la planta baja; y la razón por la que llegaron ahí tan temprano es para pintar exactamente la mitad de la habitación de blanco—. Al pintarlo de blanco, vamos a utilizar la luz que se refleja en las paredes —explica la Sra. Tucker, mientras los dos chicos se quitan los zapatos y se pegan bolsas de plástico alrededor de los pies enfundados en medias—. Pero estamos usando pintura mate, porque la pintura brillante reflejaría la luz por todas partes.

Clyde se encoge de hombro—. Todavía no lo entiendo —dice, usando una de sus llaves para abrir la lata de pintura—. Pero está bien. Mientras ayude a Craig a tomar sus fotografías —Tweek puede ver que la habitación ya ha sido pintada de blanco; muchas veces, pero hay huellas en el suelo, marcas de rozaduras y manchas de grasa de los dedos en las paredes. Probablemente no se necesita mucho para ensuciar una habitación completamente blanca.

Usando los rodillos manuales, ni siquiera les toma tanto tiempo a los dos; especialmente porque ni siquiera necesitan ir a buscar una escalera. Clyde es lo suficientemente alto como para que, si se pone de puntillas, pueda alcanzar el techo con su rodillo; y Tweek rápidamente improvisa con el suyo: arregla su propio rodillo con un poco de cinta adhesiva y lo sujeta a uno de los mangos de la escoba. Pintan exactamente la mitad de la habitación; y no son ni las once cuando terminan, ¡recién son las diez cuarenta y uno!

—Amigo, hacemos el mejor equipo —Clyde levanta su mano salpicada de pintura para chocar los cinco, a lo que Tweek responde con entusiasmo— ¡Sí! —sonriéndole al otro chico.

—Entonces, oye —continúa Tweek, mientras se quitan las camisetas sudorosas y manchadas de pintura— ¿El blanco también tiene sabor?

Clyde lo mira como si se hubiera vuelto loco— ¡Por supuesto que no! ¡El blanco no es un color! Es como… como la ausencia de color. ¡No puedes saborear nada! —se lo toma tan en serio que Tweek no puede evitar reírse.

—Entonces, cuando comimos pizza anoche —continúa Tweek, dándole la espalda a Clyde mientras saca su camiseta negra de manga larga de su mochila—. Y la salsa de tomate era roja, ¿sentías el rojo por encima de la salsa de tomate? —es principalmente para distraer a su amigo de los moretones en sus brazos, porque las diez marcas de dedos son aún más notorias contra la piel pálida de Tweek ahora que ayer.