Fantasma para principiantes [Creek]

People would think you're crazy, right?

Notas:

¡Esta historia presenta a un personaje muy querido como un matón vicioso, por lo que debo admitir que me causa nervios! Pero, dada la vida hogareña de este personaje, sentí que esta es una dirección en la que podría haber ido, si las cosas hubieran sido un poco diferentes en su vida.

***

1. La gente pensaría que estás loco, ¿verdad?

Es su primer día de regreso a la escuela desde el hospital, Tweek ni siquiera quería ir, pero su papá los llevó a él y a su madre hasta aquí de camino al trabajo, como si quisiera asegurarse de que Tweek no huyera. Y ahora está en la oficina del consejero, sentado junto a mamá en una de esas horribles sillas de metal.

Cuando no tienes casi ningún trasero, deben ser terriblemente incómodas.

Tweek mira hacia arriba, sorprendido, ¿de dónde vino ese pensamiento?

—... haremos todo lo posible para asegurarnos de que su reintegración se desarrolle de la manera más fluida posible —dice el Sr. Mackey, sus ojos grandes parecidos a los de un pez detrás de sus gafas— ¿M'kay, Tweek? Entonces, si alguien te molesta, ven a hablar conmigo, ¿bien?

Hay un hilo suelto que sobresale del puño izquierdo de su camisa, Tweek lo tira con indiferencia—. Está bien —murmura, sobre todo por el bien de mamá, como si tuviera sentido hablar con Mackey o con alguien, su mejor opción es mantener la cabeza gacha hasta que se aburran.

Viejo, ¿¡de verdad me escuchaste!?

Tweek salta en su asiento. La voz era tan fuerte, tan feliz y tan malditamente cerca de su oído. También le resultaba familiar, pero no puede identificar de quién...

—¿Tweek? —mamá está haciendo todo lo posible para sonar tranquila y reconfortante, pero su voz es demasiado temblorosa para ser convincente— ¿Es demasiado pronto?

Se gira para mirarla, las ojeras bajo los ojos de su madre son visibles incluso bajo el maquillaje. En el escote de su suéter verde menta, justo donde termina el cuello festoneado de su camisa, hay un pequeño cuadrado recogido en un hilo ligeramente más oscuro. Esa es la costura alrededor de la etiqueta, ella está usando esa cosa al revés. Su cabello también ha crecido fuera de su habitual melena, es curioso cómo no se había dado cuenta de eso hasta ahora, cómo mamá se olvidó de ir a la peluquería desde que Tweek consiguió que lo seccionaran. No es el único por aquí que está empezando a desmoronarse.

—Está bien —miente Tweek y se acerca para darle un pequeño apretón a su mano, ¿qué diablos está pasando, de todos modos? No oía voces antes del hospital, así que ¿por qué ahora?—. Solo... pensé en algo. Lo siento.

—De acuerdo —mamá le devuelve el apretón y le da una sonrisa que se parece más a una mueca de dolor.

—M'kay —dice Mackey claramente sin creerlo, en ese momento, un rayo de sol entra por la ventana detrás del escritorio del consejero, iluminando las motas de polvo en el aire. Están flotando justo encima de la fila de carpetas alineadas en el estante detrás de él y casi parecen estar cayendo lentamente, como nieve—. Si necesitas irte a casa temprano, ven a verme.

No puedo creer esto, ¡eres la primera persona que ha podido escucharme!

—Gracias, señor —dice Tweek, bajando la mirada a sus manos de nuevo, haciendo todo lo posible para fingir que todavía no puede oír esa maldita voz, que ahora viene de más allá de la puerta—. Haré... lo mejor que pueda —agrega, solo para decir algo, hacer lo mejor que pueda para... ¿qué? ¿No tener otro episodio? ¿No decir que de repente puede escuchar una voz que nadie más puede oír?