𝘏𝘶𝘯𝘭𝘺𝘦𝘰𝘯/ taekook

CAPÍTULO CATORCE

Cinco días habían pasado. Días muy dolorosos para ambos, su cercanía se había esfumado, el poco cariño que sintieron por un momento fué obligado a irse por ellos mismos. Se negaron a aquello que nadie podía manejar, ni el corazón ni la mente podían contra la necesidad de continuar aquello que ni siquiera había empezado.

Sus miradas hablaban más que mil palabras.

Lo que transmitían con la vista hacía que sus corazones ardieran en llamas dentro de sus pechos, hacía que su abdomen doliera reteniendo las mariposas que intentaban revolotear perdidas en el sentimiento.

Los entrenamientos eran obligatorios, por lo que no podían evitar convivir en ese hámbito. Jungkook lloraba trás cada noche antes de dormir, calmaba su corazón soltando lágrimas por sus ojos, empapando sus mejillas en culpa y dolor.

Taehyung se dedicaba a pensar, pensaba tanto que incluso aquello le robaba el sueño cada noche. Se preguntaba el por qué de ese sentimiento desconocido, por qué ese apretón en su pecho cada vez que estaba con esa persona, por qué sus ojos se llenaban de lágrimas al pensarlo ¿Por qué con Jungkook?

No debía pero realmente quería entregarse a la curiosidad y terminar con todo de una vez por todas.

"¿Qué dijo mi padre?" La pregunta salió de entre los labios del líder mientras sobaba su sien. El estrés consumiendolo debido a la fecha.

"El rey pidió que llene estos papeles y se presente en el trono su majestad" un soldado dijo estirando los papeles hacia el príncipe. Taehyung miró aquellas hojas con curiosidad, contratos y autorizaciones que debía leer para luego tomar desiciones.

"Esto lo debería de llenar él" dijo con rareza, frunciendo su ceño mientras mordía su labio inferior con nervios. Suspiró y se levantó de su silla de cuero, tomó su espada para ponerla en el soporte de su cadera "Hablaré con él por mi cuenta, puedes retirarte" ordenó. El soldado dió una reverencia antes de salir por la puerta.

Tomó los papeles entre sus manos junto con un frasco de tinta y una pluma. Salió de su despacho, sus pasos dirigiendose al trono donde estaba su padre, aprovechó la caminata para observar si los trabajadores hacían sus tareas. Todo se veía en orden, nadie estaba sentado sin hacer nada.

"¡Yugyeom!" Llamó al soldado a lo lejos, viendo como al instante este se acercaba trotando hasta donde se encontraba. Recibió una reverencia llena de respeto.

"¿Se le ofrece algo su majestad?" Preguntó. Taehyung dió una leve mirada a los papeles entre sus manos.

"Organiza la seguridad del palacio" ordenó extendiendole uno de los papeles "Los del Oeste vendran al ala Norte y los del Este al ala Sur, los que sobren respaldan la entrada y el patio, selecciona los mejores soldados para cuidar el interior del palacio" sus indicaciones eran firmes, seguras y acertadas. Sabía lo que hacía, no era la primera celebración en el palacio ni para el príncipe ni para los soldados, la seguridad era primordial "¿Entendiste?" Preguntó entregando el papel en las manos de Yugyeom.

"Sí su majestad, seguiremos sus ordenes y lo buscaremos ante cualquier duda" dijo dando una reverencia. Taehyung continuó caminando hacia su lugar de destino.

Sus pasos resonaban en los pasillos con cada metro avanzado, su vista se fijó en la puerta de la cocina, la curiosidad no debía ganarle pero ahí estaba él apurando el paso hacia aquel lugar.

La figura de Jungkook lo recibió en ese cuarto. El menor amasaba con agilidad sobre la mesada aportando bastante fuerza a sus movimientos, su cara haciendo muecas en forma de queja. Observó más allá, era la sexta masa que preparaba por lo que el príncipe había visto, eso y las gotas de sudor cayendo por la frente del plebeyo le decían el cansancio que su rostro mostraba.