⊹Mal de amor⊹

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-A la verga que haces tú aquí.-

Me di un shot y luego miré a mi amigo.

-Juan... Diego me dejó.-

El lentudo no esperó a que dijera más, se acercó a abrazarme con fuerza.

-Beto sé que estás bien dolido, pero son las nueve de la mañana y tomar a esta hora no creo que sea bueno.- Sonrió incómodo.

-Wey... Me dejó con un pinche audio de whatsapp a las tres de la mañana, ¿Crees que acabo de empezar a tomar?.- Agarré mi botella de whisky para servirme otra vez, pero Juan me la arrebató.

-Oh no, no más cabrón, te di la llave de mi casa para una urgencia, no para que vengas a tomarte tus penas, así que levántate.-

Lo miré perplejo.

-Tú no eres así wey, ya deberías de haber cogido con otros cinco vatos, levántate, báñate y vamos a desayunar tranquilos, vas a ver qué todo estará bien.- Juan volvió a abrazarme.

Tiene razón.

El Beto de hace tres años hubiera ido a cogerse cinco vatos y tres morras cuando le llegó el mensaje.

Pero ya no soy el Beto de hace tres años. Ese es el problema.

-Bien... Tienes algo de razón, pero solo un poco.- Me levanté de su mesa-bar.

Juan dejó la botella en la misma mesa y me llevó arriba.

Ari ya estaba despierta, con los ojos algo hinchados, preparada para abrazarme.

-¿Qué pasó niño bonito?.- Me dijo con su voz adormilada, abrazándome fuertemente.

-Diego me dejó, Ari.- La abracé de vuelta, con más fuerza.

-Ay... Mi niño, ¿Qué pasó?.- Me dio un beso en la mejilla, viéndome a los ojos.

-Diego me dijo que estoy bien dañado wey, que no soporta estar con alguien tan... ¿Coqueto?.- Volteé mis ojos, recordando aquel maldito audio. -Pero wey, yo se que me estaba engañando.-

-No mames.- Ari me soltó, impactada. -¿Y eso?.-

Juan se acercó a mi, para poner su brazo en mis hombros.

-Vi un día que andaba medio sospechoso, venía nervioso y olía a jabón de motel, pero por pendejo lo dejé pasar.- Me froté el rostro con mis manos, en señal de frustración.

-Pinche jabón de la rosa wey.- Juan se quejó separándose de mi.

Solté una risita y casi al instante la bajé.

-Vamos a desayunar ¿Si?.- Ari volvió a abrazarme.

-Si.- Dije suavemente, frotando su espalda.

[•••]

-¿Mucho mejor?.- Me preguntó Ari, dándole un bocado a su waffle.

Estábamos en un restaurante con buffet, la luz me hace querer vomitar pero aquí huele delicioso.

-Un poco.- Tomé una uva con mis manos para comerla tranquilamente.

Aún me duele la cabeza como el infierno, tomé quien sabe que tanta cosa desde las cuatro. Lloré desde las tres hasta las cinco y lo demás es historia.

Son las diez de la mañana y no he dormido ni una hora, estoy que me muero.

-Oigan, que les parece si desayunamos y nos vamos a dormir.- Les sonreí cansado.

20 songs 20 shots ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora