20 songs 20 shots ; Robarca

⊹G999⊹

-Astronauta Balsa aterrizando, las coordenadas están siendo mandadas.- Mencioné, viendo a todos lados.

Caminé lentamente, tanto como la atmósfera de este planeta me permitía.

-¡Balsa! Me acaban de informar que el aire del planeta G999 es totalmente limpio.- Mencionó Ari, una de mis agentes.

Dudé, viendo a todas direcciones.

-¿Segura?.-

-Es igual que en la tierra, solo un poco más contaminada.-

-Seguiré con la protección por ahora.- Mencioné.

Bajé lentamente la montaña en la cual aterricé.

La atmosfera se ve limpia, y... veo a lo lejos un camino.

-Veo señales de civilización, cambio.-

-Comience la investigación, cambio.-

¿Están locos?. Puedo morir en el intento.

Respire profundo,  controlándome.

Seguí el camino, preparándome para lo peor, tengo protección, pero una simple pistola no creo que haga mucho.

-Carajo...- Solté, viendo la gigantesca civilización que está allí.

Edificios enormes y con tecnología superior a todo lo que hayamos visto.

Solté una risa totalmente aterrado.

Estoy jodido.

Estamos jodidos.

-¿Balsa? ¿Todo bien?.- Preguntó Ari.

Me quité el casco, dejándolo tirado en la tierra.

Y dejé allí mismo mi equipo de contacto, pero no mi GPS.

Caminé, entrando a la cuidad.

El aire es mejor de lo que creí.

Todos los habitantes de aquella ciudad me miraron directamente a los ojos, asustados, huyendo por sus vidas.

Al menos no me harán daño... Creo.

Caminé por las calles, fascinado de todas las cosas que veía allí.

Carros que levitan, anuncios en hologramas, taxis voladores.

Pero lo que parece la policía me paró en seco.

Gritaron cosas en un idioma que no comprendí.

-No les entiendo cabrones.- Les grité, carcajeando.

Todos me miraron raro.

Pero de entre la multitud surgió una persona más importante que las demás, lo supuse gracias a la vestimenta que lleva puesta además del color de piel muy distinto al de los demás.
Un café muy oscuro, con las manos doradas.

Me miró de pies a cabeza. Lleva algún tipo de vestimenta blanca, parecía un vestido pero a la vez no.

Y se acercó lentamente a mi.

Me preguntó algo en su idioma.

-Verga... No entiendo nada.- Solté una risita.

-¿Español?.- Aquel hombre me sonrió.

¿Como un maldito habitante de un planeta totalmente alejado sabe hablar español?

-¿Qué? ¿Cómo sabes?...- Sonreí anonadado.