V. Borderline

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Había escuchado el demo de Bárbara una semana antes, en medio de su oficina junto a Lumine, poseía una dulce voz que a pesar de no estár entrenada, como les describió en la ficha, logró hacer unos melismas muy profesionales

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Había escuchado el demo de Bárbara una semana antes, en medio de su oficina junto a Lumine, poseía una dulce voz que a pesar de no estár entrenada, como les describió en la ficha, logró hacer unos melismas muy profesionales. Era como esas niñas que nacían con la estrella, porque además de poseer una voz perfecta, su rostro era una lindura, con ondulados cabellos rubios, ojos azules y piel de porcelana, por si fuera poco, era carismática.


A penas iba en su auto a visitarla en la universidad, pero ya sentía que esa niña sería el tesoro de la agencia, se le ocurrían mil y un hits que con su angelical tono, Bárbara sería la carta dorada a lo comercial, al éxito. Con ella en Stars Entertainment, tendrían a su tercera artista femenina en la jugada, abarcando más mercado, con Xinyan cubriendo géneros de hip-hop y rock, Yunjin ópera e instrumental, y si contaba a los dos boygrups que tenía, podría mencionar más, pero Bárbara llevaba todas las de ganar con ellos para ser toda una idol. Eso le emocionaba, a pesar de que en algún punto de su vida deseó serlo -un idol-, prefirió la fama tras bambalinas y ser productor, escribir, componer, esas cosas. Si quería ser escuchado, subiría sus tracks en soundcloud o cantaría un rato en youtube, dejándo a la vista solo la mitad inferior de su rostro, por eso muchas veces le daba pánico ser reconocido, algo tonto, se dice a si mismo sin poder evitarlo.


La sombra de los árboles se atravesó en el cristal del auto una calle antes de llegar a la universidad, así que bajó el volúmen de la música disfrutando lo pintoresco que lucía eso con los edificios en blanco. Si mal no recordaba -si se acuerda, pero se hace- Zhongli daba sus clases en esa escuela, en realidad esperaba no topárselo, a pesar de seguirse hablando aun como si nada en el chat, en persona no lo había vuelto a ver y estaba seguro de que se pondría como un gato arisco listo para arañarlo por todo el rostro. Una vez que estacionó en la parte trasera de la institución, caminó de regreso hasta el portón principal, luciendo su bonito traje verde oscuro y su nuevo corte de cabello, se sentía muy guapo, pero también como un enano cuando miraba a los lados y se percataba de como los estudiantes hombres le sacaban más de una cabeza de altura ¿Era acaso una escuela de gigantes? Tenía una debilidad por los chicos flores, su corazón se sentía como colegiala por todas esas historias de romance que estaba creándose en la cabeza con cada chico que veía, sin duda le hacía falta un buen polvo. Y mientras más avanzaba entre la comunidad estudiantil, también más nostalgia le daba, los años de cuando él cursó su carrera de repente le parecieron tan lejanos sacándole un suspiro, el mundo de los adultos era un asco, le gustaba más esa etapa de su vida donde iba al kinder solo a dormir y comer. Sacó su teléfono del saco para corroborar los datos que le mandó Barbara y sí, estaba en la cafetería, así que cómodamente y con toda la paciencia del mundo buscó la mesa más alejada y bonita, con vista a los campos verdes, no había nada de música o algo por el estilo en ese sitio, así que el ambiente de verdad estaba muy silencioso, como aun era hora de clases, solo permanecían allí uno que otro estudiante que quizá se estaba saltando su horario. Dejó su celular junto a los papeles que traía para la chica sobre la mesa y se levantó para comprar un jugo de naranja, su estómago estaba en protesta desde ayer que se atascó una pizza entera junto a Lumine con su hermano y Childe, ocupaba algo natural.

What if i said - ZhongVenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora