VII. Sentir cerca

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Universidad Nacional de Teyvat

Ala este

Salón de artes escénicas

5:00 pm



— Tenemos también a esta chica de primero en contabilidad, está reportando al maestro Yoh, les dejó toda una larga lista de tareas acerca de historia de la contabilidad y el exámen fue acerca de Luca Pacioli.

Estaba harto del estrés que sus hombros soportaban durante estas épocas, tendría una jaqueca a media escena de la obra si no tomaba algo durante los próximos diez minutos. Le quedaba tiempo suficiente para buscar la dichosa pastilla en su mochila antes de ponerse los pantalones, esos que le apretaban la entrepierna pero formaban parte de su papel.

Le dedicó un gesto a Albedo de que seguía escuchándolo mientras caminaba hacia su objetivo descalzo. — ¿Puedes ponerte pantalones? — preguntó el alquimista desviando la mirada de sus muslos lechosos.

Él solo se hundió de hombros ignorándolo y tragó su pastilla con un poco de agua de la botella de plástico de alguien más, se recargó de espaldas a la mesa con una mano acariciando su barbilla. — Rechaza el reporte.

Albedo entrecerró los ojos con la pregunta bailando en su lengua. Morax le había dicho que confiara en el criterio de este chico para clasificar los reportes que levantaba la gente, pero encima que había tenido que venir a leerle como un tonto asistente hasta su salón de artes porque estaba preparándose para su obra, en menos de veinte minutos ya habían rechazado más de la mitad de papeles. Resopló moviendo su flequillo rubio y escribió hasta arriba de la solicitud No Procede.

— ¿Al menos vas a explicarme por qué? — El mayor cuestionó tomando asiento sobre un cojín con forma de cilindro café.

— Luca Pacioli es el padre de la contabilidad, debió venir en su tarea, si no la hizo bien no es nuestra culpa, todos tenemos mejores cosas que hacer — Contestó el pelinegro, trenzando su cabello con cuidado caminando en medio del salón solo con la camisa de lino cubriendo su cuerpo.

— Y aun así me hiciste venir hasta acá.

— Morax te dijo que vinieras, no yo. — contradijo con una mueca.

Albedo se acercó a re hacerle las trenzas de forma correcta esta vez, él tenía una hermanita a la que siempre debía ayudar, así que era fácil. — Pudiste decirle que no hacía falta que yo viniera, a ti siempre te escucha. — Mencionó amarrando con una liguita negra el término de cada mechón.

— Gracias — agradeció separándose para vestir la parte inferior de su cuerpo. — Ocupamos bajar el nivel de reportes antes de que termine el año, todo el tiempo que tengamos libre sirve, Zhongli está más estresado que nosotros porque va a pasar a tercero y será el nuevo presidente del consejo, lo mínimo que podemos hacer es ayudarlo de esta manera, mucha gente no está de acuerdo y-

El rubio levantó una mano para detenerlo. — Está bien, sé eso, voy a las mismas juntas que tú.

Venti asintió fajando su camisa dentro del pantalón de cuero sintético y luego le extendió al otro un corset de cuero café que iría a juego con sus largas botas de pirata. — ¿Puedes ayudarme con esto? Ocupo que quede apretado, es tu oportunidad para desquitarte si lo ves de otra manera — Rió a carcajadas extendiendo los brazos listo para ser ayudado. Su compañero del consejo negó hastiado de él y pasó el corset por su abdomen antes de empezar poco a poco a jalar los hilos en la parte de su espalda, iba lento, pero estaba funcionando.

What if i said - ZhongVenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora