XI. Tú

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Universidad del sur

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Universidad del sur

25 grados centígrados

3:30 pm.

El plumón de tinta negra se meció en sus dedos unos segundos más antes de que se levantara fatigado por el clima bochornoso y escribiera sobre el pizarrón la tarea para el día siguiente, no tenía muchos ánimos de revisar algo extendido, así que dejarle a sus alumnos aquella investigación relativamente corta, era más una ayuda para él que para ellos.

Paseó la vista en cada uno, concentrados en anotar todo lo que puso sobre el blanco material de clase. Ahí estaba Bárbara detrás de Xiao, con una sonrisa enorme porque sus prácticas de trainee habían comenzado a penas unas semanas atrás y parecía irle bien, su par de coletas inocentes cambiaron a un cabello suelto lacio -que sospecha se lo hicieron en la agencia- con pasadores de estrella a los costados de su rostro, enmarcando sus lindas facciones y haciendo lucir más ese cuello de cisne que poseía.

— Pedófilo — articuló Xiao interrumpiendo su línea de visión. Rodó los ojos regresando a su escritorio para empezar a guardar.

— Una vez que terminen de anotar la tarea pueden retirarse — Anunció a los jóvenes que casi en tiempo record empezaban a irse para disfrutar el resto de su día. — Menos tú Xiao, ocupo de ti diez minutos más.

El rostro del susodicho se frunció en una mueca fastidiada. El de mechones verde oscuro tomó su mochila con pesar y se sentó frente a él cruzado de brazos, luego pareció pensarlo mejor y sacó su móvil para empezar a jugar con este.

Escuchó las bromas de la gente insinuando lo que ellos dos podrían quedarse a hacer. Nada más alejado de la realidad, si lo dejaban opinar, ni siquiera lo estaba reteniendo por gusto, Venti le acababa de enviar un mensaje pidiéndole aquello de favor.

¿Qué quería Venti con Xiao? ¿Qué era tan urgente como para detenerlo? Esa cercanía que a veces mostraban le ponía irritable. Ya ni siquiera iba a pretender que no eran celos.

— Me va a perforar la cabeza si sigue mirando en medio de mis cejas — El menor expuso con una sonrisa cínica. El sonido bajo de su juego como fondo de la escena.

Zhongli lo ignoró sacando su teléfono también para contestar algunos mensajes, de sus alumnos con dudas, esos nunca faltaban, del grupo de maestros, los de Childe quejándose de cualquier eventualidad en la vida, y hasta arriba pero sin abrir, vió el texto de Venti hace diez minutos diciendo que ya mero llegaba. Se supone que pasaría a recogerlo para ir ambos a esa tienda de música que había propuesto hace días. Y encima de las demás conversaciones, anclada, estaba Ninguang, preguntando si había cuidado bien de su cactus. El mensaje estaba pendiente desde hace dos días, así que la mujer debería estár algo molesta a ese punto; no pensaba responder aún.

What if i said - ZhongVenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora