Lion es un chico con un pasado oscuro lleno de secretos que no está dispuesto a contar, pero a su vida llegará una joven de cabello negro y ojos caóticos llamada Megan dispuesta a descubrirlos a como de lugar. Al final ambos caerán en su propio jueg...
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Qué valiente eres cuando decides cambiar tu dolor por paz.
Meg.
MEGAN EVANS
—¿Me podrías explicar que es eso de que lo hicieron duro contra el muro y lento contra el pavimento?
Y ese fue el momento en en el que nuestra Meg sintió el verdadero terror.
Tengo que decir algo, tengo que decir algo.
Lo tengo, bingo.
—¡MAMÁ!, lo que Lion dijo fue que pinto su muro con estuco y lento para no estropear el pavimento.
Diablos Megan, ¿ no pudiste ser más original? Un poco más creativa al menos.
No había terminado de hablar, cuando escuchamos una risita proveniente de nuestro querido Lion.
Escogió el peor momento para reírse, ambas volteamos la mirada hacia el.
Ohhh no.
—Vaya, con que esto te parece muy chistoso.— dice mi madre dirigiéndose a Lion.
Le lanzo la mirada de asesina.
Esto cada vez se pone mejor.
*se sienta y pone una pierna sobre la otra*
— Mam...— intento hablar.
— Tú — dice señalando a Lion —largo de aquí.
— No.
Es lo único que este dice, yo lo miro sorprendida al igual que mi madre.
Si me hubiesen avisado que esto pasaría, hubiese hecho palomitas.
— ¿Que dijiste?— pregunta mi madre con la boca muy abierta.
— Dije que no me voy a ir, hasta que se aclare todo. — dice Lion.
— ¡¡FUERA DE AQUÍ!!— grita mi madre con enojo.
— Que ya le dije que no me iré.
Y en ese momento comienza el verdadero lío, mi madre empieza agarrar lo primero que encuentra lanzándoselo a Lion.
—Detenla Megan, esta loca.— grita Lion cubriéndose con los brazos el rostro y corriendo por la habitación.
La llamo loca, esto se puso bueno.
— ¿Me dijiste loca?— dice mi mamá estupefacta— loca mis pelotas.
Y comienza a tirar más cosas, yo solo quito objetos peligrosos de su alcance.
— ¿PERO QUE DIABLOS ESTA PASÁNDO AQUÍ?— grita mi abuela entrando a la habitación. Todos volteamos a verla; se encontraba parada en la puerta con las manos en las caderas y cara de asesina.
