Parte 3 Invasores

80 7 1
                                    

KHALED...

El breve relato de como la instruyen el guardián y su tío no me es suficiente para terminar con esta ignorancia que me desespera. Siento que frente a mi tengo a una completa extraña y eso no me gusta...se siente raro, se siente....mal.

Le hago preguntas de cualquier cosa que se me viene a la cabeza a las que por suerte no se ha negado en responder.
Se le da muy bien mantenerme interesado. Es exageradamente joven y carece de experiencia en muchas cosas. Es bueno para ella que aprenda a pelear y que se esté preparando para dejar huella en esta nueva era, pero siendo sincero dudo que eso sea suficiente. El destino que le espera es mucho mas peligroso y turbio que el del anterior enviado, y sin magia no veo manera en que consiga restaurar el balance del universo.

Parece ansiosa y puedo apostar a que se muere de ganas por hacerme miles de preguntas relacionadas con el bucle, la marca y el hechizo en el que la incluí. Pero no puedo permitirle que lo haga, hacerlo sería un suicidio ya que estando aquí afuera cualquiera puede escucharnos.

Caminamos juntos por los pasillos atrayendo miradas. Los nephilims de ahora no conocen el significado de discreción. Aunque supongo que muchas de las miradas son a consecuencia de su indiscutible belleza.

—pero pelear con demonios no es todo lo que hago—confiesa— también tengo un...
—ayuda—gritan con urgencia—....Leila.

Creo reconocer la voz, no termino de ubicar de donde proviene cuando ella empieza a correr tan rápido como una gacela ganándome por una facción de segundo. Me sorprende su agilidad y que halla logrado dejarme atrás.

—es Cameron—identifica—algo paso.

No tardamos nada en llegar juntos al lugar donde un grupo de curiosos a empezado a rodear el auto que ha destruido los escalones de la entrada. Ella se desliza por el cofre y no duda en arrancar la puerta del conductor para sacar a Cameron que viene en pésimas condiciones.

—Caili—se sostiene de ella como si le costara mantenerse en pie—¿estas bien?.
—¿yo?...mira como vienes tú—le riñe con un tono preocupado— ¿que paso...quien te hizo esto?.

Ambos nos ignoran a todos, ella lo adentra al instituto cargado con todo su peso. Los curiosos intentan seguirlos y me les atravieso impidiéndolo.

—ustedes encárguense del auto—ordeno—y tú busca a Samuel, dile lo que viste.
—si señor.

Todos se agilizan y yo sigo a la pareja que murmura cosas sin sentido mientras reparo las condiciones en las que viene del guardián. Hay rasguños pero no sangre, su ropa tiene manchas de suciedad sobre todo en la parte baja de los jeans, su piel luce en extremo pálida pero fuera de eso no parece haber participado en una pelea. Algo en él no va bien, opto por agudizar el odio escuchando los latidos de su corazón y me llevo la sorpresa de que sus pulsaciones son casi inexistentes.

—estaba con Lori—le cuesta hablar— había una pintura...
—deja de hablar...me lo explicarás después ¿vale?.
—a este paso dudo que halla un después—se lo quito de encima—esta a nada de entrar en punto muerto.

Me lo echo al hombro apartándola a ella, mi amigo no es capaz ni de sostener el peso de su propia cabeza al intenta averiguar quién soy.

—llevémoslo a la enfermería.
—no hay tiempo, lo haremos aquí.

De una patada abro una de las aulas valiéndome un carajo la clase que se imparte en el interior.

—todos fuera—ordena ella— abandonen en aula ya mismo.

No hay profesor a cargo por lo que los estudiantes se limitan a obedecer a la nephil sin hacer preguntas. Recuesto a Cameron sobre el escritorio barriendo con los implementos qué hay arriba.

La rebelión de los caídos 2  El ángel de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora