Parte 7 Houdini

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CAILI

Me quito el gorro de fiesta al llegar a mi habitación. Susan sigue atiborrándose de pastel de queso y fresas sentada en la cama mientras me hace las mismas preguntas que yo le hice a Cameron en su momento.

—¿entonces esa pintura dejó salir a un montón de almas penitentes?
—si
—¿y no piensan ir por ella?—deja el plato en el buró—porque si funciona como una clase de red atrapa almas, lo prudente sería analizarla y dar con el responsable para interrogarlo.
—lo mismo le dije a Cameron, pero no me quiere ni a diez metros del cuadro.
—como rayos espera que ayudemos si no nos dejará verlo.
—le preocupa que esté hechizado—me subo a la cama—que intente atrapar nuestras almas o algo así.

Arroja las ballerinas de un punta pie hasta el otro lado de la habitación. El viento que entra por la ventana nos cala hasta los huesos, pero ninguna de las dos hace el intento de levantarse a cerrarla por lo que nos tumbamos en la cama con cobija encima.

—quiero verlo —admito mirando el techo—....tocarlo.
—suerte con eso—se acomoda de lado con las manos bajo la mejilla quedando frente a mi—si Cameron ya dijo que NO, no habrá nada que lo haga cambiar de opinión.
—lo sé—resoplo de malas—y tampoco puedo llamar a Lori para pedirle detalles sobre la subasta, porque Cameron también lo sabría.
—nunca sabré como lo hace—parpadea somnolienta—es como si predijera tus movimientos, incluso antes de que los hagas.

Y tiene razón. Eso es lo malo de cuando eres tan cercana a alguien, y que ese alguien tiene la responsabilidad de mantenerte con vida. Adoro a Cameron, pero haga lo que haga, es como si siempre me llevara un paso por delante.

Una vez se lo eche en cara y se burló de mi, luego dijo que tiene un don especial para ver venir mis locuras. Resoplo insultada igual que aquella vez y me giro de lado dejando la mano bajo la mejilla igual que Susan.

—debe tener cámaras vigilándote que le indiquen cada uno de tus movimientos y le envíen alertas cada vez que planeas desobedecerlo.
—es eso, o implantó un chip en mi cerebro para vigilarme cuando no está.

Mi amiga suelta una risita. Y es que no le encuentro ninguna otra explicación lógica para entender como rayos lo hace. Es como si me leyera la mente, o mejor dicho, las intenciones.

—no queda de otras más que olvidarse del lienzo y pasar pagina—bosteza—yo ya hablé con Samuel, le ayudaré a buscar al hijo de la mujer que lo abandono.

Está agotada, se talla los ojos, pero ni el cansancio le impide dar su opinión sobre Luna Welch y el hecho de que fue una tonta al abandonar a mi tío. También me molesta diciendo que esta buenísimo, que no sería mala idea quedárselo para ella y bla bla bla....la mera idea me revuelve las tripas.

Parlotea como de costumbre pero pierdo el hilo ya que su disposición de ayudar a mi tío, me ha dado una idea que voy formulando en mi cabeza.

CAMERON

Me encuentro con Khaled cuando salgo del comensal—necesito comida...MUCHA comida que desgraciadamente Emma no pudo prepararme ya que está muy ocupada con la logística de los bunkers de contingencia.

—¿Que?

Este Khaled alzado me esta tocando las bolas. Necesita que alguien le baje esos humos, porque en este pueblo no cabemos dos hijos de puta.

—¿que de que pajarito?—le doy un sorbo al batido sin bajarle la vista—¿no durmió bien su majestad?

Me rueda los ojos, toma lugar en una de las mesas disponibles afuera del establecimiento y cabecea hacia la silla del frente, sopeso mis opciones dándole otro sorbo al batido, con Caili pasando tiempo humanamente normal con Susan, no tengo nada mas que perder. Me dejo caer en la silla mirando hacia el instituto.

La rebelión de los caídos 2  El ángel de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora