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ÁNGEL DE PARADIS.

Kang Soojin, Bruno y Lily iban en el mismo carruaje donde los meterían presos, los cuarteles de Shiganshina

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Kang Soojin, Bruno y Lily iban en el mismo carruaje donde los meterían presos, los cuarteles de Shiganshina. Bruno no era capaz de decir una sola palabra por ver a la pelirroja hacerles esto, creía en ella, pero con esto, todas sus esperanzas se fueron como si nada. La más baja entre ellos los miró por el reflejo del cristal de la ventana. Las cortinas de la carroza estaban tapadas. Lily mantenía la compostura y sólo miraba el piso con la mirada apagada. Al llegar a la torre de Shiganshina, bajaron en silencio y caminaron a los subterráneos del cuartel.

Bruno entró por su cuenta a la celda sin protestar, sentía una gran decepción hacia la pelirroja que tanto le gustaba. Lily caminó, pero se detuvo en medio de la puerta antes de entrar.

- Kang Soo, ¿por qué lo haces?

La más baja se rascó el cuello y metió una mano al bolsillo con desinterés.

- Lil, ¡entra a la celda! - la chica sintió su corazón achicarse y volteó para darle un golpe en el rostro con toda su ira acumulada, pero ella agarró su mano y la apretó para doblarla mientras la castaña apretaba los dientes por el dolor, Bruno se levantó de inmediato para detenerla, pero la mirada de Soojin sobre la de él lo dejó helado. - No lo diré otra vez, Lil. Entra a la maldita celda y quédate ahí.

- ¡Al menos dime por qué lo haces, maldita sea! - sollozó. - Soojin, eres mi mejor amiga... Yo te quiero mucho, pero lo que haces es...

- Cállate, Weigel. - ordenó. - Cállate y siéntate en esa banca.

De un empujón, la castaña entró y la menor cerró la celda con molestia. Bruno la atrapó en sus brazos y la acompañó a sentarse junto a él. Soojin alejó del lugar y ambos esperaron a que los demás lleguen. Y dentro de poco, ya todos estaban en la cárcel... Incluyendo a la familia de Sasha y Nicolo. Lily lloraba en silencio con la cabeza recostada sobre el hombro de Bruno, y pues... Él estaba en las mismas que ella.

El padre de Sasha se acercó a ambos con una taza de té, agradecieron y él señor se retiró a serviles sus demás compañeros amigos de su amada hija. Armin no podía apartar la mirada de Lily, se moría por preguntarle si estaba bien o si podía ayudarla en algo. Pero... También le bajaban los ánimos al verla tan triste por la pelirroja que los traicionó.

- Oye, Armin. - el rubio desvío la mirada para ver a Connie. - ¿Puedes sacarnos de aquí con el poder de tu titán?

- No. Destruiría toda esta ciudad. El titán Colosal no puede hacer algo tan preciso... No es como el de Eren.

- Hey. - llamó Jean. - Quiero saber por qué Eren terminó golpeándote. Ya es hora de que hables con nosotros.

Lily levantó ligeramente la mirada, no podía creer que Eren haya sido capaz de golpear a Armin. Por lo que sabía, siempre fueron amigos. Ellos tres eran como... Uña, mugre y pie, totalmente inseparables.

𝐃𝐄𝐒𝐃𝐄 𝐄𝐋 𝐂𝐈𝐄𝐋𝐎; armin arlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora