❀❘ 034

778 92 28
                                    

NIÑOS DEL BOSQUE.

El rubio cocinero pasó por la puerta y miró a los soldados de la Legión de Exploración con curiosidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El rubio cocinero pasó por la puerta y miró a los soldados de la Legión de Exploración con curiosidad. La castaña observó a Nicolo con algo de confusión cuando dijo que tenía clientes muy importantes en este momento. Hange le dijo que podían esperar, pero Onyankopon fue directo al grano y dijo que en realidad estaban investigando a todos los voluntarios y esperaban que pudiese colaborar con ellos. Él aceptó y los guió a una habitación en donde podrían esperar mientras tanto.

La castaña recorrió el lugar un poco curiosa, era muy lujosa y limpia. Al capitán Levi le hubiera encantado ver un lugar tan impecable como este.

Se llevó a la mano una botella de vino que encontró en la estantería. Este era el tipo de vino que le hubiese gustado a Kang Soojin, era el vino del que estaban hablando todos. La pelirroja dijo que quería probarlo, pero nunca tuvo la oportunidad y Levi no ya no le permitía beber después de la última vez. Suspiró recordando a la pequeña pelirroja estando ebria.

— ¿Ese no es el vino del que habla todo el mundo? — se le acercó Jean.

— Dicen que sólo es para los de alto rango, como la Policía Militar. — dijo Lily.

— Lil, nosotros somos de alto rango.

— Sí, deberíamos divertirnos un poco con esto. Sólo será un sorbo.

— ¡No toquen ese vino! — Nicolo se abalanzó sobre Lily y le quitó la botella de las, asustando a la castaña.

— Nicolo, ¿qué fue eso? Sólo estaban bromeando. — dijo Bruno poniéndose delante de Lil.

— ¡Este vino no puede desperdiciarse en eldianos como ustedes! — soltó.

— ¿En serio sigues con esa estupidez? — preguntó Jean. — Al alcohol ¡no le importa de qué raza seamos, idiota! — lo agarró de la camisa con coraje.

— No me toques, eldiano. Sólo porque fui amable, no significa que seamos amigos.

— ¡Jean, ya suéltalo! — dijeron Lily y Bruno a la par.

— ¿Acaso ya olvidaste lo que eres aquí? Sólo eres un-

— Un maldito prisionero. Eso es lo que nos hace iguales, eldiano. — se soltó finalmente, tomó la botella de vino y se la llevó con él.

Lily suspiró y se acercó a Jean colocando su mano sobre su hombro. Él la miró de reojo.

— Jean, ¿estás bien?

— ¿Qué diablos le ocurría a ese idiota? — preguntó Connie.

— No lo sé.

— Sólo está alterado, no parecía decir todo en serio. — habló Bruno. — Ya se calmará, creo que aún está resentido por lo que pasó con Sasha.

𝐃𝐄𝐒𝐃𝐄 𝐄𝐋 𝐂𝐈𝐄𝐋𝐎; armin arlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora