Que Arlene se hubiera intentado suicidar supuso un gran impacto en la vida de su padre, solo entonces comenzó a replantearse hasta qué punto su actitud podría estar afectando a su hija. Con gran fuerza de voluntad, acudió al médico de cabecera y comentó su deseo de dejar la bebida. Allí le recetaron un fármaco que le ayudaría a reducir los síntomas del síndrome de abstinencia, de los peores en comparación con otras drogas. También le asignaron un psicólogo, pero él no creía en aquella ciencia, y tampoco estaba dispuesto a hablar sobre su infancia.
Hasta el momento no había tenido ninguna recaída, lo que suponía un alivio y tranquilidad tanto para Arlene como para el resto de la familia. Ella, que no confiaba en que su padre cambiaría, apostó por vivir en la misma ciudad donde había cursado sus estudios universitarios, a dos horas de su pueblo natal. Aunque Ander se hubiera ido, tenía a Valeria, y se encontraba preparada para socializar y ampliar su reducido círculo de amistades.
El amor de una hija no era difícil de recuperar, pero sí el tiempo perdido, la cercanía y la confianza. Arlene, como pudo, trató de perdonar y mejorar su relación con él. Sin embargo, su padre no había aprendido a querer, y tampoco sabía mostrar afecto. Al principio la morena se conformaba con que toda aquella agresividad que el alcohol le generaba hubiera desaparecido. Sin embargo, con el paso del tiempo necesitó más de él, la cordialidad cuando se veían algún que otro fin de semana ya no era suficiente. Aquello se convirtió en una nueva frustración, más aún cuando se convencía de que no era querida. Con terapia entendió que no se debía tratar de cambiar a una persona, precisamente porque la actitud de cambio correspondía a uno mismo, y su padre consideraba que ya había hecho suficiente.
Aunque la distancia entre ambos era evidente por las circunstancias, tenían más en común de lo que creían. Arlene, después de tres años, aún pensaba en autolesionarse cuando tenía alguna complicación, o en vomitar cuando consideraba que había comido demasiado. Su padre a veces también pensaba en beber para evadirse de los problemas del día a día. Pero ninguno de los dos lo hacían, y eso era lo que los diferenciaba de su pasado. Habían aprendido que aquellas respuestas no eran soluciones, sino problemas, pero a su vez, la posibilidad de una recaída siempre los acompañaba.
Había sucesos sobre los que Arlene no podía ahondar sin mencionar el fatídico episodio que conllevó la marcha del cantante, y por el momento era una cuestión que prefería evitar.
—¿Vives en un sexto? —pensó en voz alta cuando Ander pulsó el botón en el panel del ascensor, al lado de su cuerpo.
Él se inclinó hacia ella, acercándose más a su rostro. Había contenido las ganas de besarla en la playa porque esperaba a que ella lo hiciera. Tan solo atrasaban lo inevitable, todo por saber a quién de los dos le podía antes las ganas que el orgullo. No era la primera vez que jugaban a aquello, y Arlene había dado inicio a la batalla cuando se despidió de él en "Century Rock" en el momento menos adecuado.
Habían recorrido toda la orilla, dejándose llevar por el sonido relajante de las olas. Aunque ninguno se había atrevido a verbalizarlo, coincidían en que necesitaban mayor intimidad, y con la excusa de que habían empezado a caer finas gotas de lluvia y ninguno de los dos había salido de sus casas con paraguas, decidieron resguardarse en el apartamento de Ander, más cercano que el piso compartido de Arlene.
—¿Cómo puedes aguantar tanto? —preguntó él con cierta desesperación en su tono de voz, refiriéndose al beso.
Apoyó una de sus manos en el ascensor, al lado del cuerpo de la morena. Se acercó hasta que sus labios se rozaron, y ella tragó saliva antes de girar su cabeza hacia un lado. Aunque no era su intención, expuso su cuello ante la mirada hambrienta de Ander, que aprovechó la ocasión y apartó un mechón de cabello colocándolo detrás de su hombro, descubriendo así su piel.

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Peligro
RomancePeligro, así la llamaba él antes de desaparecer de su vida. Anclada en el pasado, Arlene se verá expuesta a aquellos recuerdos que había olvidado cuando se reencuentre con alguien que había sido muy importante para ella. Desde su adolescencia había...