Al día siguiente, la menor de los Lahey despertó algo cansada gracias a haber pasado gran parte de la noche leyendo e investigando sobre druidas y los sacrificios humanos, se vistió y bajo a la cocina para prepararse un café encontrandose con su nana, quien estaba desayunando tranquilamente.
─ ¿Y esa carita mi cielo? -pregunto la pelirroja al ver cómo la rubia entraba a la cocina con una no muy buena cara.
─ Ya es tarde y mi hermano no se apura Nana -hablo alzando un poco la voz con la intención de que su hermano la escuchará.
─ Eres la única persona que conozco que se queja por llegar tarde a la escuela -se burló el mellizo mayor mientras bajaba las escaleras.
La rubia tomo dos manzanas y dejo un beso en la mejilla de la pelirroja antes de acercarse a su hermano dispuestos a salir.
─ ¿Están totalmente seguros de que quieren regresar a la escuela?, El director puede comprender la situación y darles unos días más de descanso -la voz de la pelirroja hizo que ambos se detuvieran frente a la puerta.
─ Nana, ambos estamos totalmente bien, nuestras heridas están curadas y estamos listos para regresar a ser 'adolescentes normales' -respondió la menor haciendo comillas con sus dedos en las últimas palabras.
─ Si pasa algo o no se sienten bien solo llámenme, ¿De acuerdo?
─ Si mamá -respondieron ambos al unisono sacándole una gran sonrisa a al mujer.
─ Tengan un lindo día, los amo -hablo antes de que ambos salieran de la casa en dirección a la escuela.
Una vez que llegaron a la escuela, la menor freno a su hermano antes de que se fuera a los vestidores de hombres.
─ Hazme un favor, no te metas en problemas, ¿Quieres? -pidió haciendo un leve puchero para convencer a su hermano.
─ No te prometo nada Rose.
─ ¿Ni siquiera por mi, tu hermanita a quien más amas en este mundo? -Isaac soltó una carcajada mientras acomodaba el cabello de su hermana.
─ Voy a tratar de no hacerlo -aseguro el mayor haciendo que Rose sonriera.
─ Vas tardé, suerte con el entrenador -murmuro antes de separarse de su hermano para irse a clase.
La joven entro al salón mientras revisaba sus notas, noto de reojo como una mujer castaña, quien supuso que era una nueva profesora, entraba al salón.
─ Tu debes ser Rosaline, el director me habló de ti -la nombrada alzó la mirada viendo de frente a la mujer, había algo en ella que le resultaba familiar.
─ Espero que seas tan buena como todo el mundo dice -el tono en la voz de la mujer la regreso a la fiesta de cumpleaños de Lydia, dónde había visto a su padre y un rostro raro y deforme después de tomar un poco de ponche.
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𝘗𝘙𝘖𝘛𝘌𝘊𝘛𝘖𝘙 [PAUSADA]
Ngẫu nhiênLa vida de los mellizos Lahey fue normal, tan normal como puede ser la vida de dos adolescentes con un padre abusivo, ambos podían pasar totalmente desapercibidos en la escuela, incluso podrían decir que en el pueblo, todo eso cambia cuando cosas ex...