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días restantes del viaje: 5

cuando catalina se despertó sintió que los recuerdos de la noche anterior eran un sueño, pero al ver al chico durmiendo debajo de ella confirmó que había sido real

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cuando catalina se despertó sintió que los recuerdos de la noche anterior eran un sueño, pero al ver al chico durmiendo debajo de ella confirmó que había sido real.

se movió lentamente para poder ver mejor su rostro. se había despertado con la cabeza en su pecho, sintiendo la mano del chico en su espalda.

la mañana estaba particularmente fría, y afuera había dejado de nevar, pero el clima gélido no cesaba.

catalina se tomó un momento para ver a karl, apoyando su cabeza sobre su mano. estaba dormido por lo que tenía los ojos cerrados, los labios entreabiertos. cati amaba las pecas que adornaban su rostro, y la forma de su nariz.

su rostro era tan suave y delicado que quería acariciarlo, pero no aquello lo despertaría, por lo que reprimió su deseo. se veía tan tranquilo, en calma, y sabía que merecía dormir.

intentó moverse para ver la hora, pero lo único que haría sería interrumpir su sueño, así que se volvió a acostar sobre su pecho.

los minutos pasaron, sin tener noción de cuantos, cati se quedó allí. disfrutando del hecho de estar en contacto con el chico, de sentir su calor.

hasta que sintió como su pecho vibró y karl soltó un pequeño quejido, lo que causó que catalina levante su cara rápidamente para mirarlo y sonreírle.

—hola—le susurró, estaba demasiado feliz.

—hola cati—respondió llevándose una mano a su cara, para frotar sus ojos—, ¿estás despierta hace mucho?

—no sé, me desperté hace un rato pero no miré que hora era—contestó, mientras que ahora si se levantaba a tomar su celular—, no quería despertarte.

eran las tres de la tarde, y tenía sentido. ayer se habían dormido demasiado tarde.

—no pasa nada si me despiertas, lo sabes, ¿verdad? —le preguntó estirándose, y ahora girando su cuerpo para acostarse de costado.

cati estaba sentada a su izquierda.

—si, pero te veías demasiado tranquilo durmiendo y no podía simplemente despertarte para ver la hora—le explicó, mientras apoyaba su espalda en el respaldar de la cama.

karl suspiró mientras la miraba, con su cabello despeinado que le caía sobre los hombros. no tenía ni una gota de maquillaje, y no intentaba lucir bien, pero igual lo hacía.

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