FEELS LIKE, karl jacobs

56.

todavía era de madrugada cuando cati se encontró nuevamente manejando al aeropuerto internacional ezeiza. el sol amenazaba con salir en los próximos minutos dejando entrever un claro en el horizonte.

a pesar de que manejar era una actividad que solía disfrutar, esa mañana no estaba tan contenta de tener que hacerlo. catalina estaba cansada, podía sentir la pesadez en sus párpados mientras intentaba concentrar su visión en la carretera.

su cumpleaños había comenzado hacía cerca de cuatro horas, y había recibido la llegada de este día en una cena en su departamento junto a sus padres y sus hermanos más jóvenes, es decir bianca y leonel, mientras que sus hermanos mayores no habían podido viajar debido a sus trabajos.

había estado con ellos hasta cerca de la una de la madrugada, hora en la que decidieron volver al hotel para dejarla dormir al menos una hora, prometiendo volver al mediodía.

al llegar al aeropuerto se estacionó en el parking, bajando del auto rápidamente. afuera la brisa estaba fresca, por lo que cati se abrazó a si misma en busca de calor. caminó hasta llegar al interior de las instalaciones.

su mirada recorrió el lugar, había algunas personas, pero estaba casi vacío. se rio mentalmente, pensando en quién estaría en el aeropuerto casi a las cinco de la mañana. absolutamente nadie más que las personas que tenían un vuelo, y ella.

se colocó el gorro de su hoodie, intentando pasar desapercibida. no era que no quisiera encontrarse con nadie, sólo quería tener un día normal en su cumpleaños. quería sentirse como alguien más, y no como alguien "famosa" (palabra que le disgustaba en su totalidad, porque cati afirmaba solo ser conocida, y no famosa).

karl tendría que aparecer caminando con su maleta en cualquier instante, lo que la tenía ansiosa y bastante nerviosa. llevaban poco más de un mes de relación, totalmente a distancia, quitando uno o dos días de la última vez que se habían visto cara a cara, y esta sería la tercera vez juntos.

quizás el miedo era algo irracional, pero cati no podía evitar sentirlo. vivía con el temor de que un día se encontraran cara a cara y que las cosas ya no fueran igual, que no se sintieran tan fáciles como solían serlo, porque algo que podía afirmar una y otra vez era que todo en su relación con karl había fluido de una manera que parecía estar destinada a ser.

por eso mismo, estando allí parada, esperando, sintió su corazón latir con rapidez. respiró profundo intentando calmarse, y llevó la vista a sus manos. con los dedos de su mano derecha se pellizcó suavemente, un hábito raro que la ayudaba a distraer su cabeza del nerviosismo, y volvió a dar una bocanada de aire.

— ¡cati! —la voz de su novio la desconcentró de su pequeña distracción, elevando su mirada en dirección al chico. una sonrisa se escabulló de entre sus labios al verlo caminando hacia ella, vestido con un jean negro y un sweater rojo. su cabello castaño peinado como siempre, hacia un lado. casi de manera inmediata dejó lo que estaba haciendo para correr hacia él—, feliz cumpleaños, hermosa.

cati oyó el susurro de karl en su oído mientras lo abrazaba. los brazos del chico rodeaban su cintura, mientras que los de ella su cuello. sintió un cosquilleo en su estomago, y no pudo evitar soltar una risa.

inhaló el aroma de karl, había extrañado tanto su perfume, y el calor de su cuerpo. se separó lentamente, quedando a centímetros del rostro del castaño.

—hola—le sonrió ampliamente, posando sus manos en la cabeza de karl para atraerlo hacia ella.

finalmente unió sus bocas en un beso. volviendo, al fin, a sentir la suavidad de los labios de karl sobre los de ella. cati se relajó durante el tiempo que duró, concentrándose sólo en la sensación que le provocaba el chico que tenía frente a ella.