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Aquella voz, creíste haber estar estado esperando ese momento. El constante miedo e impaciencia de no saber cuando la verías de nuevo, ya era una realidad, sus manos apretaban tus hombros manteniéndote sentada, el frío de ellas te dejaban un escalofrío y temblando en cuerpo completo.

— Te extrañe pequeña. — se arrodillo frente a ti y limpio tus lagrimas luego de sonreírte.

Deseabas irte de ese lugar, pero algo dentro de ti quería mantener ahí, aun así las cosas resultaran mal.
Quedarte a su lado una vez más, era lo correcto y  más decepcionante que tenías en mente.

— ¿Esperas a esa chica? — se sentó a tu lado lo más pegada a tu cuerpo que pudo, tomando tu mano con delicadeza una vez sentada.

— Creo que no pude hacer funcionar las cosas de manera correcta con ella.

Esperabas que fuera una mentira y que no doliera tanto el haberlo dicho, pero era una realidad. La verdad era más dolorosa que las mentiras continuas en los últimos meses y recién podías sentirlo, era como un desgarro en el alma.

— Al parecer las personas que amamos no siempre se quedan a nuestro lado. — te sujeto más fuerte llevándote fuera del parque en tanto termino de hablar.

Trataste de resistirte al inicio caminando con pesadez, pero dejaste ese ritmo al recordar que su fuerza estaba por encima de la tuya y no servía para nada alentar el paso.

— Ella se hubiera quedado, es culpa mía todo lo que ha sufrido y usted carga con la mayor parte de ese problema.

— No estés tan segura, nadie se queda a tu lado para siempre pequeña pero, creo que puedo aceptar esa culpa. — su voz se mostró mas suave al decirlo. — Pero ahora ambas podremos estar juntas, nos alejaremos de este lugar.

— Sabe que la están buscando, esto sería aún más grave para usted.

Escuchar que se alejarían te provocó miedo, de la misma manera en que sucedió aquella primera vez que notaste el tipo de persona que era en realidad, fue un sentimiento desesperado por lo que podía.

Buscabas maneras de hacerla dudar sobre lo que estaba haciendo, pero en ningún momento dejo de sujetarte la mano.

— Quiero ir por algunas de mis cosas ¿podemos volver?, le prometo que regresaré con usted. — apartaste la mano de su agarre de un jalón, ocasionando una risa en ella.

— No me hagas lastimarte, es el primer día que nos vemos después de semanas ¿de verdad quieres hacerme esto?, no dejare que te apartes de mi otra vez, al menos esta vez no será tan fácil. — tomo tus mejillas entre sus manos y te beso con intensidad, dejando que solo se escuchara tu quejido por querer apartarla. — Te compraré lo que necesites, solo camina.

Aquel ligero ardor en tu abdomen te hizo mirar la navaja que mantenía contra ti. Tu expresión hacia ella le causó un sonrisa y el verte llorar de manera tan repentina, la estaba haciendo feliz. Trataste de decir algo, pero al ver la mancha de sangre que se expandía en tu vestido cambio esa idea.

Notaste un cambio en su agarre hacia tu mano al ver a donde entraban. Un parque repleto de árboles gigantes y aterradores por el sonido del viento contra las hojas.

— Necesito hablar contigo antes de irnos, no pienses que te dejare ir. — dijo con una sonrisa, acercándote a una banca.

— Me tendrá con usted aún mas tiempo, ¿por qué hablar justo ahora? — tomaste asiento en la banca algo alejada de ella y solo fijaste la visita en la mancha de sangre en tu ropa.

— Bueno por esta única vez voy a ser sincera contigo, tenias razón cuando dijiste que trataba de olvidar a Pieck, no quería aceptarlo, pero es cierto.

𝗘𝗻𝗱 𝘁𝗵𝗲 𝗹𝗶𝗲 | 𝗛𝗮𝗻𝗴𝗲 𝗭𝗼𝗲 (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora