Creo que soy la única persona de esta familia que cree en los fantasmas, y la única que está aterrada por las presencias que albergan esta casa.
Ls primera noche fue horrible. Apenas conseguí coinciliar el sueño, y cuando lo hacía solo tenía pesadillas en las que aparecían cuerpos ensangrentados. A todo esto hay que sumarle la horrible sensación de sentirte observado todo el tiempo.
-¡Eh caraculo! -me llama el idiota de Will-. ¿Subes conmigo al desván?
-¿Y que me lances por el agujero? No gracias.
-¡Venga, sube!
De en medio del techo del pasillo aparecieron unas escaleras.
>>Las damas primero.
Me quedé mirando el hueco. Solo le faltaba un cartelito que indicase "pase vip al infierno".
>>Cobarde.
Will subió primero y yo le seguí.
-¿No te da ni un poquito de miedo esta casa? -pregunté incrédula.
-¿Por qué me tendría que dar miedo una infraestructura?
-¿No leíste nada acerca de la casa?
-Sí. Muertes y bla, bla, bla. En todas las casas ha muerto alguien.
Iba a responderle cuando sonó un crujido detrás mía.
Ambos nos quedamos mirando un punto fijo. De él salió corriendo alguien gigante. Yo pude echar a correr, pero Will se había desmayado.
-¡Will! -le llamé desde lejos. Ni de broma iba a acercarme-. Pedazo cabrón... y justo ahora tiene que desmayarse.
Cogí una pequeña tablilla y se la tiré en el estómago, pero seguía sin reaccionar. La figura grande me miraba desde su sitio. No hacía el intento de acercarse.
Y cuando menos me lo esperaba, alguien me sujetó por la espalda y me tapó la boca. Pataleé muy fuerte y conseguí soltarme. Antes de lograr coger un palo para defenderme, me empotró contra la pared sujetándome por el cuello sin fuerza y tapándome la boca.
-No grites -susurró con voz ronca-. No voy a hacerte daño.
Me liberó de su agarre a la vez que giró su cara para mirar al gigante.
>>Vete -dijo con tranquilidad. Después se acercó a Will y le dio una patadita-. Aún respira -volvió a acercarse a mi-. ¿No vas a ayudarle?
Solo podía mirarle fijamente a esos oscuros ojos y respirar.
>>¿Qué te pasa?
-¿Cómo has entrado? ¿Qué era eso?
-Entré por la puerta... y "eso" -hizo comillas con los dedos- era mi hermano. Ya nos vamos.
Caminó hasta donde estaba el gigante y no los volví a ver.
Entonces Will se despertó. Se incorporó con calma hasta que recordó por qué estaba en el suelo y se levantó corriendo hasta llegar a mi.
-¡TENEMOS QUE IRNOS!
-¿De qué hablas? -me hice la loca.
-¿ES QUE NO HAS VISTO NADA?
-Solo vi como te dabas en la cabeza con una de las vigas.
Tras un rato tratando de convencerlo de que fue una ilusión, por fin lo convencí.
Will bajó a tumbarse en la cama, pero yo me quedé ahí, sentada en el suelo. ¿Volvería a ver a aquella extraña pareja de hermanos?