Halloween (Parte 2)

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Hace siglos que no me arreglo tanto, aunque mi definición de arreglarse no es como creéis. Ponerme una camisa en lugar de una camiseta es todo un logro.

-¿Tú con camisa? -Will entra por la puerta-. Tienes una cita, ¿verdad?

-Eso no es asunto tuyo -contesté.

-Es Tate -sonríe.

-Si ya lo sabes no entiendo por qué preguntas.

-Yo iré con su ex -le veo por el reflejo del espejo-. Violet.

-Pásatelo bien.

-¿No tienes curiosidad?

-Muchísima, pero un ex nunca hablará bien, así que prefiero no saber nada.

-Dice que es muy intenso -comienza a explicar-...

-Cállate.

-Celoso...

-No quiero oirte.

-Pero es capaz de amar -terminó-. Me dijo todas esas cursiladas de chicas.

-¿Sabe Violet que solo te la quieres tirar?

-Si solo quisiera eso, ya lo habría hecho -sale del cuarto-. ¡Nos vemos, caraculo!

-¡Que te den en griego!

Me hice uno de mis moñicacas y salí al jardín. Más bien me senté en las escaleras del porche esperando a que llegase Tate. Antes de él llegó una chica bajita muy mona.

-¡Hola! -saludó-. ¿Eres la hermanastra de Will?

-Eeeh... ¿quién eres?

-Violet. Vine a buscarlo.

-Pues espera sentada, tarda más que una mujer.

La chica ríe por mi comentario y se sienta a mi lado.

>>No me gusta meterme en sus relaciones, pero no te ilusiones. Solo quiere divertirse un par de horas.

-Esta casa cambia a las personas -susurra.

-¿Cómo dices?

-Will ha cambiado desde que está aquí. Te aseguro que no soy un pasatiempo -hice un gesto con los hombros-. Dale una oportunidad. Y a Tate también.

-¿Will se ha vuelto a ir de la lengua?

-En realidad me lo dijo Tate. Fuimos novios.

-¿Por qué rompisteis?

-Eso da igual. Seguimos siendo amigos.

-¿Te está molestando esta plasta? -pregunta Will a nuestras espaldas. Violet se levanta y se saludan con un beso-. Me largo.

La perejita feliz se va de la mano, pero ella se gira un momento y sonríe.

Ahora solo me queda esperar a Tate en compañía de las calabazas.

1 hora...

2 horas...

3 horas...

Calabazas las que me dieron a mi.

Me cansé de esperar y preferí ir a buscarlo a su casa. Al petar en la puerta me abrió Constance. Tenía las mejillas rosadas y un cigarrillo en la mano.

-¿Qué haces aquí?

Por su voz noté que estaba bebida.

-¿Se encuentra bien?

-No me trates de usted, me haces sentir vieja... pasa.

Entré detrás, la seguí hasta la cocina y me sirvió una taza de té.

>>Hace un año me arrebataron a mi pequeña -mira atentamente al azucarero-. Mi dulce niña -se seca una lágrima-. Le habrías gustado -sonríe-. Pero creo que no viniste a ver cómo está la vecina. ¿Qué buscas? O, mejor dicho, a quién.

-A Tate. Habíamos quedado hace tres horas.

-Es un joven enamorado. Seguro que está perdido en sus propios pensamientos.

-Gracias por invitarme a entrar, pero mejor voy a mi casa...

-Está en la playa -me mira-. Tate. No seas dura con él.

AHS (Tate Langdon y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora