En el instituto todos se alejaban de nosotros. Se olvidaron del hostión, pero no de dónde vivimos. Tendrían miedo de que lleváramos espíritus a los pasillos...
Pero en casa la cosa cambiaba. Allí, a veces, tenía una nueva compañía que se tumbaba en la cama conmigo y me escuchaba.
-No le gusto a Will -dice Tate.
-Nadie le gusta a Will.
-Tú sí.
-Veo que las noticias vuelan -río-. Ese día solo quería librarse de clase.
-Me he fijado en cómo te mira -gira la cabeza hacia mi-. Le vi masturbarse con una foto tuya.
-¿Qué? ¿Cuándo?
-La noche en la que nos conocimos.
-Que puto asco. Prefiero que no me cuentes estas cosas.
-Como quieras.
Nos quedamos mirando el horrible techo. Yo me iba quedando dormida. Desde que no tengo a mi madre cerca, siento que no descanso nada.
>>Dentro de poco es Halloween.
-Es mi fiesta favorita -sonrío-. Mi madre me disfrazaba de calabaza cuando era pequeña.
Alguien petó en la puerta. Por los estruendosos golpes deduje que era Will.
-Eh, caraculo -entra el susodicho-. Voy a salir. ¿Me dejas tu bici?
-No.
-Alguien dejó mis ruedas sin aire, y hasta mañana no puedo hincharlas.
-He dicho que no.
Cerró la puerta enfadado.
>>¿Has sido tú?
-Puede -respondió cerrando los ojos.
Me levanté de la cama para sentarme en el escritorio y hacer los deberes. Algún día debo llevarlos hechos...
>>El insti es un asco.
-No está tan mal. Solo hay gente asquerosa, comida de mierda y profesores cabrones.
-Deja eso y juguemos a algo.
-Como no haga esto, me volverán a castigar.
-Entonces me iré -dijo como un niño pequeño enrrabietado.
-Vale. Cierra la puerta al salir.
Escuché abrirse y cerrarse la puerta en pocos segundos. Me daba pena. Prefería mil veces más estar con Tate que haciendo esta mierda.
Estuve horas y horas haciendo la maldita tarea. El reloj marcaba las once cuando terminé.
Bajé a la cocina a por algo de comer. En ella estaba Martha tomando una copa de vino.-¿Te apetece que veamos una peli juntas? Tu padre se fue a una cena de empresa.
-¿No se supone que estás embarazada?
-No pasa nada por una copa. Tú deberías saberlo mejor que nadie si vas a estudiar medicina.
-Voy a ser médico forense.
En ese momento timbraron a la puerta.
-¡Ya voy yo!
La cena se me calentó en el microondas. Cuando iba a empezar a comer, Martha llegó con una mujer que no conocía de nada.
-¿¡Pero cómo se te ocurre abrirle a alguien que no conoces!?
-Tiene una herida en la cabeza.
-Los hospitales existen -respondo mirando a la mujer.