Capítulo 4

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Mi cuerpo es sacudido levemente. Quiero entregarme de nuevo al sueño, sin embargo todo sentimiento de calma es hecho a un lado por los ojos azules que están frente a mi. Drexler está tan cerca que podría besarme. Con repudio, hundo mi cabeza en la cama al alejarme. Escucho la tranquila risa de Drexler..

—¿Qué quieres? —pregunto.

—No quisiste hablar conmigo ayer.

¿Desde cuándo eso para él es algo que importe?

—Estaba muy cansada, quería dormir —en verdad logré dormir. Es una sorpresa que no haya tenido la pesadilla que siempre tengo. Hubiese sido toda una experiencia revitalizadora si el rostro de Drexler no hubiera aparecido después de salir de esa nube de tranquilidad. 

—Entonces hablemos ahora —se sienta con parsimonía en la cama y me dedica su mirada más amable. 

—Bien. Pero no aquí —por alguna razón, saber qu está metida en el mismo lugar donde duermo me incomoda. 

—Te esperaré afuera —frunce el ceño. Parece que le ha molestado que le haya negado la poca comodidad que el colchón de mi cama le ofrece. 

—O puedes dejar que me cambie y vaya a desayunar primero.

Está de espaldas, pero consigo escuchar su suspiro. Creo que estoy abusando mucho de la paciencia con la que se ha armado hoy. 

—Bien, pero no tardes.

Me sorprende la serenidad con la que expresa su resignación. 

—Nos vemos en la sala de juntas —y con eso logro que Drexler por fin se vaya.

No se de qué quiere hablar, y a pesar de que su insistencia no fue tan contundete y cortante, debo apurarme para verlo lo más pronto posible.

Al arreglarme, voy en busca de comida. El comedor está vacío. Es el lugar más grande del búnker. Tiene cinco mesas largas para cada escuadrón, y otra más pequeña para los del servicio. Normalmente se encuentra una que otra persona aquí, pero seguro es muy temprano. Mirna, una de las cocineras, me sonríe cuando me acerco y me sirve algo de comida. El especial de hoy es puré de papas, arroz y verduras. Por último para completar mi bandeja, tomo una botella con agua y me siento a comer.

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El pasillo por el que camino tambien está vacío. Tanta soledad me genera extrañeza. Continuo mi paso hasta que llego a la sala de juntas.

Es la sala más grande del lugar despues del comedor. En ella, una mesa larga con seis sillas para los líderes de cada escuadrón y para Drexler atrae todo el peso visual. Él está sentado de espaldas a mí, por lo que tengo que hacerme notar.

—Tardaste demasiado.

—¿Qué quieres? —ignoro su afirmación. 

—Solo hablar.

—¿Algún problema? ¿Ha pasado algo malo?

—No, Todo está bien. Solo quiero hablar de ti.

—¿Por qué? —eso sí que es bastante extraño, tanto que llevo mi mano derecha a mi brazo izquierdo formando un gesto que expresa mi inconformismo. 

—¿Tienes algo con Wooten? —vaya, es una pregunta muy directa. Casi me río de lo que ha dicho, ¿cómo puede considerar una cosa como esa?

—¿Por que dices eso? —pregunto divertida.

—Entonces es ciert...

—No, pero... ¿algo así merece tanta atención? Creí que querrías hablar de algo más importate. —lo interrumpo y lo señalo a él y luego a mi—. Nosotros no somos nada.

—Solo me preocupo por ti.

Lo miro suspicaz. Lo que dice es cada vez menos predecible. 

—¿Y qué te hace pensar que Devon me hace daño?

—¿Te gusta?

—¿Qué? No tienes derecho a preguntarme eso —ya es suficiente, ¿quién se cree? ¿Mi padre?

—Calmate Hayley. Solo tengo curiosidad.

—Pues no la tengas —replico furiosa. Para esto me llamó, creí que era por algo de trabajo, pero no, parece que estoy en un interrogatorio de algo que a él no le incumbe—. ¿Sabes lo que la curiosidad le hizo al gato?

—¿Es una amenaza? —pregunta incrédulo, lo que me cabrea más.

—Tu decides cómo tomarlo —dicho esto salgo de la sala. No es buena idea que Drexler sea tu enemigo pero ya es suficiente, puedo matar porque él me lo pide pero que se meta en mi vida personal no puedo permitirlo. Nunca había confirmado que Drexler podría sentir algo por mi así, pero ahora lo se. Tal ves no sea cierto pero esa escena de celos verifica mucho.

Salgo a caminar un rato por la ciudad. Siempre he vivido en Leeds, o eso es lo que creo, no recuerdo mucho de mi pasado y eso me molesta, solo se que Drexler me encontró y me uní a la JAC. Tal ves por eso es tan sobreprotector conmigo. Han pasado dos horas desde que Drexler me despertó, ya son las 10:00, estuve fuera una hora y me sirvió un poco para relajarme y pensar.

Cuando regreso al búnker me cruzo con Sly en el pasillo. Me mira con curiosidad pero yo solo paso por su lado. Se que no le agrado pero no me importa, él tampoco me agrada.

—Disfrutaste el paseo ¿eh?

—¿Te importa?

—No —ríe con ganas—. No te hagas ilusiones Scherzer —lo ignoro y sigo caminando.

«No te hagas ilusiones, gilipollas.»

Voy a mi cuarto compartido para tratar de dormir de nuevo o algo. Cuando abro la puerta, no puedo creer lo que veo...

Red DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora