Capítulo 6

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Soy consciente de que los infortunios son algo que siempre está presentes en mi vida, y entre los más impredecibles es este el que ocupa el primer lugar de momento. Estoy en shock, tanto que no se que decir. Mi cuerpo está tenso, como si una ventisca de aire frío me hubiera convertido en una estatua de hielo. Lo único que consigue que me mueva es la risa que trata de contener Sly, la cual se desvanece cuando me deshago de mi parálisis para devolverme una mirada de desprecio.

–¿Qué? Pero ¿Por qué? –balbuceo, intentando vocalizar bien para no mostrar demasiada derrota por mi parte–. Exijo saber qué hice para que me pusieran a prueba.

–Es solo una prueba, como acabas de decir. Quiero enviarte a otra comunidad para determinar mejor tus capacidades–dice Drexler sin emoción alguna. Se que está enojado conmigo, pero lo que acaba de hacerme es demasiado.

–Es por lo que te dije ¿no es así? ¿Tan orgulloso eres como para vengarte de esta manera?

–No es nada personal. Solo es trabajo.

–¡Por supuesto que no! Trabajo más que nadie aquí, ¿acaso piensas que en este lugar no soy lo suficientemente buena? –grito furiosa–. Solo estás enojado conmigo por...

–¡Ya basta! –estalla Drexler y se levanta de forma tan drástica que la silla se cae y produce un ruido que me estremece en mi tensión–. Dankworth, déjanos solos.

–Pero Señor...

–¡Ahora! –grita.

Sly sale de la sala inmediatamente. Mis nudillos se han vuelto blancos de lo fuerte que presiono los puños. Me relajo y respiro profundo, invocando una tranquilidad que dudo poder presenciar.

–No puedes hacer esto –mis ojos pican, pero reprimo las lágrimas. No voy a permitir que Drexler me vea llorar.

 –Sí puedo y ya lo hice.

–Dame otra oportunidad –mi voz falla, las palabras se tropezaron en mis labios al salir y ahora no hay forma de verme fuerte ante él. Por más que intente no pensar en eso, sé que estoy bajo su dominio. No me quiero ir, mi vida está aquí, y empezar una nueva vida me asusta.

–Scherzer, solo cumple la orden. O me veré obligado a expulsarte.

–¿Es una amenaza? –cruzo mis brazos y lo miro con el ceño fruncido.

–Tú decides cómo tomarlo–mi boca cae abierta, no puedo creer que lo que le dije una vez sea usado en mi contra.

Él me dirige su habitual mirada, aunque noto una ligera expresión que no sé cómo describir. Tal vez no sea su persona favorita, pero es imposible que mi ausencia no le vaya a significar absolutamente nada... Tal gesto me invita a tomarme las cosas de la mejor manera. No es un adiós definitivo, y es mejor que me aferre a la posibilidad de que algún día pueda regresar, porque no me veo a mí misma lejos de aquí por el resto de mi vida.

–¿A cuál comunidad? –solo espero que no sea muy lejos de aquí.

–Dublín –suspiro al escuchar eso. Irlanda no está muy lejos, así que me siento más tranquila–. Solo es una prueba.

–No entiendo. ¿Qué prueba? Si hice algo mal dímelo. Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de enmendar algún error y evitar un castigo tan severo.

–Hayley, no hiciste nada mal, solo te solicitaron en la comunidad de Dublín.

–¿Por qué?

–Solo lo hicieron. Haz lo que te pido. Solo será un periodo corto. Regresarás.

Me lleno de alivio al escuchar de su boca que esto no será eterno. Tendré que poner lo mejor de mí para demostrarle que soy merecedora de seguir sus órdenes.

Red DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora