Capítulo 10

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No sé cuánto tiempo pasó afuera, este se me ha ido volando, como el aire que se ha entretenido jugando entre mis cabellos rojizos. Lo único que me hace olvidar la gran tranquilidad es la promesa del cielo en volverse oscuro, dando paso a la noche. El silencio me calmó más de lo que habrían conseguido las más suaves palabras. Ahora, me siento capaz de tomarme las cosas de la mejor manera. Trataré de no perturbar esta calma tan pronto. Entre más la conserve, más agradecida estaré de haber podido obtener algo tan valioso como esto.

¿Cuántas veces me he detenido a pensar en el gran valor que puede tener un momento donde solo sea consciente de mi propia existencia? Si alguna vez lo hice, fue hace tanto que ya no lo recuerdo.

Sin embargo, no todos los pensamientos que llegaron a mi mente en este maravilloso receso fueron del todo positivos. Extraño a mi escuadrón, aquel donde estaba antes. No es que odie este, aunque a veces siento que tendría razones para hacerlo, pero no puedo negarme a mí misma que hay algo especial allá, lejos de mí.

Devon.

Él me hacía sonreír, sonreír de verdad. Me llenaba de su energía al dibujar en su rostro esa expresión que ahora empiezo a darme cuenta que solo a mí me dedicaba.

No es una locura, que incluso pueda admitir que extraño a Sarah, o tal vez no. Creo que he pensado muy poco en los pros que estar lejos de ella contrae ¡Deben ser muchos!

¿Qué estarán hacían ellos justo ahora..., sin mí?

Lo primero que hago al regresar al refugio es ir en dirección a la oficina de Diana. Reportar mi llegada me parece lo más prudente. Espero que Taylor le haya informado acerca de mi salida a Diana. Sería pésimo que tuviera más y más problemas con la mujer al mando de todo aquí.

—Hayley, creí que nunca volverías —Diana parece preocupada —¿Todo está bien?

—Sí, sí. Solo quería avisar mi llegada, y preguntarle si puedo usar su teléfono —señalo el teléfono del escritorio.

—Sí, por supuesto que sí —desliza el teléfono en mi dirección —. Te dejaré sola para que tengas privacidad. El la libreta está el número de tu comunidad por si lo necesitas.

—Gracias.

Cuando sale, marco el número y espero. Me contestan, después de cuatro timbres.

Su voz es solemne al hablar, cuando Drexler saluda.

—Hola Drexler. Soy Hayley.

—¡Hola! Es un gusto escuchar tu voz. Creí que te habías olvidado de nosotros.

—Olvidarme, imposible. Además solo han pasado tres días. No seas tan dramático—rio. Sé que debe estar descansando con mi ausencia.

—Vamos Hayley eres muy importante para mí y lo sabes, no solo por el trabajo, en lo personal también.

—Mmm —¿Será cierto? No sé qué decir. Su tono es sincero, incluso más amable que el que recuerdo de él en sus mejores momentos. Él nunca me había dicho algo así. Siempre es muy reservado con sus sentimientos, como yo.

Cosas tenemos en común, después de todo...

—No me crees. Bien, eso puedo adivinarlo. Pero es verdad—aún me cuesta creerlo, por eso no digo nada. Es posible que sea yo una testaruda—Y dime ¿Ha ocurrido algo malo?¿Cómo te encuentras?

—Estoy bien, no te preocupes. Todo está como debería estar, más o menos. Solo quería hablar —al parecer no sabe lo del incidente de mi última misión, pero es mejor que no lo sepa. No quiero que me regañe por ser tan descuidada, o que se avergüence de mí; que me vea como alguien que no merece el cuidado que recibe. Siempre es lo mismo, cuando cometo algún error... Y no dejo de temer por ellos ¡Me preocupa demasiado lo que puedan hacer! Todo siempre repercute, de alguna manera. Lo malo atacaría de nuevo, así que siempre será una prioridad que las cosas salgan como deben ser.

Red DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora