Harry Gútierrez.— Son las iniciales de tú nombre.
— Así es — contestó tomando de mi jugo.
— ¿Por qué debo llevarla?
— Para demostrar que eres mía — respondo cómo algo obvio.
— ¿No crees que es muy posesivo?
— Un poco realmente, pero no te vas a juntar con personas cualquieras y sería eso o cortarle las manos a un par de hombres.
— Harry me asustas.
— Deberías temer de mi, pero por más que quieras no lo haces — contestó viendo la hora — y lo sabes.
— ¿Dónde vas ahora? — pregunta viendo mis intenciones de levantarme.
— Tengo que ir a tú empresa viendo que todo esté bien y luego resolveré algunas cosas.
— ¡Harry! — habla en protesta — ¡Ese es mi trabajo, no tienes que meterte en el!
— Tomarás este día para prepararte con todo tú tiempo y relajarte un poco.
— ¡Me aburro aquí, estoy sola! — hace puchero.
— No lo estarás.
— ¿Quién más estará aquí?
— Hablé con mi hermana, ella vendrá a ayudarte con el peinado y maquillaje, de eso se gana la vida.
— ¿Cuál es su nombre?
— Dakota.
— Me recuerda a Anastacia.
(...)
— Señor lo estábamos esperando — me habla mi secretaria.
— ¿Qué pasa?
— Tuvimos problemas con una transportación.
— ¿Por qué razón?
— Un equipo diferente al nuestro nos atacó, matando a cinco de nuestros hombres.
— ¿Qué pasó con los demás? — preguntó.
— Dos solo tuvieron algunos rasguños, nada grave pero los otros tres están en urgencias en el hospital.
Entró a mi oficina y tomó el teléfono, se quién es el responsable de todo esto.
— Sabías que ibas a llamar — contesta Dylan al otro lado del teléfono — Uno mío, cinto tuyos.
De mi garganta sale una gran carcajada.
— ¿Miraste bien quiénes eran los hombres que asesinaste? — pregunto aún riendo.
La llamada queda en silencio por algunos minutos hasta que escuché nuevamente la voz de Dylan.
— ¡Eres un hijo de perra! — escupe a través del teléfono — voy a matarte.
— Quiero verte intentándolo — contestó antes de colgar.
Me divierte ver cómo intentan engañarme, no saben que crecí en esto.
Escuchó tocar mi puerta y respondí con un; Adelante.
— La señorita Morgan lo quiere ver.
— Dile que no me encuentro — contestó fastidiado.
Nicole no había terminado de cerrar bien la puerta cuando Morgan ya estaba en mi oficina.
— No me vas a hechar cómo haces cómo las demás mujeres.
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¿Sexo o Amor?
Romance¿Quién dijo que por ser chica debo seguir la rutina que nos han impuesto? Al igual que todo hombre puedo llegar a ser machista, odiosa, infiel, malcriada, corrupta, asesina, adicta al sexo y un sin número de cosas con las que me puedo describir. El...