Se suponía que el día de ayer iba a ser un día sencillo de llevar: llegar, desempacar, pasear y hacer de guías turísticos para Zhang Ayan, pero para Zhang Yaozu ese día fue sumamente agotador. Solo podía rezar para que todo fuera mejor el día de hoy y que por lo menos a Zhang Dalai se le bajaran dos rayitas a su mal comportamiento.
Algo de lo cual sinceramente no tenía mucha esperanza.
Lo primero que hizo Zhang Yaozu después de levantarse fue escribir una carta llena de enojo y regaños a su pequeña hermana menor. Al regresar definitivamente regañaría personalmente a Zhang Dishi.
¡¿Cuántas veces le había dicho que mantuviera esos libros depravados que leía fuera del alcance de Zhang Dalai?!
Lo primero que haría al volver sería quemar con sus propias manos la colección de libros depravados que seguramente su hermana estaría coleccionando aprovechando su ausencia, incluso los de edición limitada que venían con imágenes sin censura, esos serían los que más disfrutaría ver arder.
Su hermana tenía trece años ¿Cómo era posible que una niña de esa edad adquiriera esa clase de libros?
Definitivamente este país estaba podrido. Podía entender bien el deseo de Zhang Ayan de destruirlo.
Zhang Yaozu realmente no entendía los gustos de su hermana.
¿Qué demonios podía ser agradable de ver en una relación entre dos hombres?
¿No se suponía que a las chicas debería gustarle salir con tipos guapos?
Entonces... ¿Por qué tanto afán en emparejarlos?
Zhang Yaozu no lo entendía, seguramente todos debían tener un problema en la cabeza. No podía pensar en otra posible explicación.
Y lo peor de todo...
Fue cuando descubrió que su pequeña hermana comenzó a escribir esa clase de libros, usándolo a él como referencia para uno de sus personajes. Tan solo con leer la descripción del personaje podías fácilmente relacionarlo con él. Se demoró en darse cuenta de eso, pero las miradas de las jóvenes del clan...nunca había sido tan popular en su vida, muchas mujeres le prestaban atención, y lo observaban al pasar, pero que raro, sus miradas no reflejaran que quisieran una cita con él, y cuando descubrió que había atrás de su presunta popularidad entre mujeres, eso lo hizo conocer un mundo completamente nuevo, uno en el cual Zhang Dalai y Zhang Ayan ya estaban metidos desde hace un tiempo e indagando más profundo dio con el origen del problema: su pequeña hermana.
Zhang Dishi no solo había vuelto adictos a su shimei y shidi a esa clase de género literario, sino que incluso se había convertido en una autora del mismo. Incluso si el contenido era suave y no había escenas explícitas casi le da un infarto al enterarse sobre quién estaba inspirado el protagonista de aquella novela que incluso podían leer menores de edad.
El protagonista del libro que acabó siendo muy popular entre las mujeres de su clan era Zhang Dalai.
Cuando se enteró del asunto, Zhang Yaozu dio muchas gracias al cielo de que hasta el momento ninguna copia se había filtrado fuera del clan (Al menos eso era lo que él pensaba) y mucho menos había caído en manos de su madre. Lo cual aseguraba la supervivencia de Zhang Dishi.
Al menos por el momento...
Por este motivo Zhang Yaozu quemó mucho incienso y dio muchas ofrendas a los dioses.
Debía detener eso antes que las copias comenzaran a circular fuera del clan.
¿Qué hizo?
Muy fácil.
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CAMINANDO SOBRE LOS RESTOS DE MI PASADO
RandomSe conocieron en la infancia y se volvieron hermanos jurados. Ambos crecieron en el mismo clan, incluso compartieron el mismo apellido. El hermano mayor, un talento sobresaliente, visto cada cien años. La hermana menor, una mujer muy lista capaz de...