Pensando en el pasado, Zhang Yaozu suspiró una vez más ¿Cómo un niño tan lindo e inocente como lo había sido Zhang Dalai en su infancia pudo terminar convirtiéndose en esa cosa tan molesta y descarada que era hoy en día?
Habían pasado 6 años desde el día en que se conocieron y hasta la actualidad no encontraba respuesta.
Por su parte Zhang Dalai continuó haciendo comentarios molestos tratando de provocar la ira de Zhang Yaozu, quien solo podía mantener su rabia contenida apretando los dientes mientras fingía seguir leyendo el libro que ya había levantado.
Al ver que sus palabras no estaban dando resultado, Zhang Dalai bufó molesto. Solo quería hacer enojar a Zhang Yaozu hasta el punto en que quisiera hacerle peores cosas que mantenerlo amarrado.
Sí, lo admitía, era un masoquista sin remedio.
Como si fuera capaz de leer su mente y sus malos pensamientos Zhang Ayan lo observó con un gesto de desagrado en el rostro. Si quería provocar a su primo al punto en que llegaran a hacer algo que era incluso imposible de pronunciar para ella, al menos podría esperar a que estuvieran en un lugar apartado. Ella no era Zhang Dishi, por nada del mundo quería ser una espectadora.
Aunque sinceramente tampoco creía que incluso con sus gustos y todo eso, su shimei quisiera ver a su hermano y primo en tal estado. De tan solo pensarlo se le retorcían las tripas.
Las venas azules comenzaron a sobresalir de la frente de Zhang Yaozu, dejó a un lado su libro y observo con el ceño fruncido a Zhang Dalai, sus ojos como dagas se clavaron en él, pero solo logró que el cuerpo del otro se estremeciera, y no de miedo... Zhang Dalai mordió su labio inferior de manera imperceptible, solo Zhang Ayan pudo notar ese pequeño gesto.
Le dieron ganas de saltar por la ventana...
Zhang Yaozu comenzó a acercarse a Zhang Dalai quien mantenía una mirada expectante, era momento de usar el bozal que había preparado. Al parecer ambos se habían olvidado de la existencia de Zhang Ayan. La pequeña shimei, simplemente cubría su rostro con su abanico blanco y era como si simplemente hubiera desaparecido de la escena.
Los caballos frenaron de la nada, Zhang Yaozu que no pudo mantener el equilibrio cayendo encima de Zhang Dalai, quien no desaprovechó la oportunidad y abrió las piernas, dejando espacio para recibir a su amado "primo" entre ellas. El fuerte golpe hizo que lo que estaba entre las piernas del mayor chocara con la parte posterior del menor, lo que suavizó la caída y dejó extremadamente satisfecho al idiota de la cinta roja...al menos por el momento.
Zhang Yaozu tenía el rostro azul, parecía estar en estado de shock, no reaccionaba ni siquiera para cambiar de posición, se quedó quieto como una estatua, incapaz de mover cualquier músculo de su cuerpo. Zhang Dalai sonrió para sus adentros, haciendo como si se acomodara para sentarse y caer a causa de las cuerdas alrededor de su cuerpo, se restregó sobre la parte delantera de su primo. Incluso si quisiera parecer natural, la expresión disimulada de satisfacción en su rostro lo delataba, aunque solo fuera Zhang Ayan quien se daba cuenta de tal hecho. La pobre shimei iba a necesitar años de terapia para superar esto...y lo que le faltaba.
Zhang Dalai le guiñó un ojo a su hermana menor en un gesto que decía: "¡Felicítame, mira lo que he hecho!" como si lograr restregar sus partes fuera un logro que merecía ser honrado. Zhang Ayan suspiró, tal parece que su misión no sería sencilla. ¡Maldición! ¿Quién le mandaba a aceptar la propuesta de su shijie?
No sabía si celebrar la felicidad de su hermano o llorar y consolar la mala suerte de su primo. Por otro lado, Zhang Dalai cerró los ojos y comenzó a usar su imaginación. Ahora, fuera de casa y con una meta en mente, comenzó a imaginar todas las posibilidades y alternativas que podía explorar junto con Zhang Yaozu cuando llegara la noche y la luz de las velas se apagaran.
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CAMINANDO SOBRE LOS RESTOS DE MI PASADO
AcakSe conocieron en la infancia y se volvieron hermanos jurados. Ambos crecieron en el mismo clan, incluso compartieron el mismo apellido. El hermano mayor, un talento sobresaliente, visto cada cien años. La hermana menor, una mujer muy lista capaz de...