CAP 6 "LO QUE PUEDO HACER POR TÍ"

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Tomó un buen tiempo que la risa de Zhang Ayan finalmente se disipara, realmente no entendía la necesidad de Zhang Yaozu por taparse o incluso abandonar la habitación a diferencia de su hermano mayor que se había quedado y estaba vestido con un traje que a las justas se podía considerar como ropa. Además, esta no era la primera vez que la menor del trío revoltoso viera al amiguito de su querido primo, se habían criado juntos, se habían bañado juntos, incluso lavado la espalda entre ellos. No era nada nuevo para ella incluso saber los tamaños que había entre los hombres de su familia y sinceramente nunca se interesó o se sorprendió por eso.

Zhang Dalai miró con enojo a su pequeña hermana por un breve instante antes de voltear la mirada y fruncir los labios. Tomó sus ropas y comenzó a cambiarse dándole la espalda.

No pudo evitar soltar un suspiro al pensar en su plan fallido, ya otro día tendría la oportunidad de usar aquella ropa seductora que le hacía resaltar sus largas piernas y le había dado su primo y que no tenía ni la menor idea de dónde la había sacado.

Cómo se dijo anteriormente...

Él no era tan curioso.

Había cosas que era preferible no saber...

Y Zhang Dalai prefería mantener los traumas al mínimo.

Por su parte Zhang Ayan solo sonrió, le causaba gracia el accionar de su hermano. Su actuación de ofendido era realmente pésima, le daba curiosidad saber hasta cuándo le duraría el drama. Al igual que este comenzó a desvestirse hasta quedar en ropa interior.

Incluso si ambos comenzaron a mostrar un poco de piel con el movimiento de sus cuerpos, no hubo ninguna exaltación por parte de ninguno de los dos. Por costumbre ya se habían visto desnudos desde su niñez. Incluso se bañaban juntos, práctica común dentro de su clan para reafirmar los lazos de unión y que Zhang Dalai le había prohibido a su hermana realizar en presencia de Zhang Yaozu. Aunque claro, a esta nunca le importaron sus amenazas.

Entre Zhang Dalai y Zhang Ayan, no existía un "tú" o un "yo", sino el "nosotros".

Y el "mío" y el "tuyo" solo se aplicaban en casos excepcionales. Entre ellas Zhang Yaozu. Un límite que Zhang Ayan no tenía permitido cruzar.

Aun así, había muchas personas que no comprendían la clase de relación que entre ambos existía.

Eran incapaces de creer en la amistad entre hombre y mujer y mucho menos en la clase de hermandad que ellos dos tenían.

—¿Estás enojado? —Preguntó Zhang Ayan cínicamente con un gesto de inocencia mientras tomaba asiento sobre la cama.

¿Tú qué crees?

Zhang Dalai la miró con ojos de daga.

—Mala hermana —Contestó finalmente volteando la mirada, había decidido castigarla con la ley del hielo. Esas serían sus últimas palabras hacia ella.

Algo que no duraría mucho tiempo...

—Vamos, no me mires así... —Dijo, pero Zhang Dalai la ignoró —Te cocinaré lo que quieras.

Zhang Ayan contraatacó con un soborno, apuntando a la mayor debilidad de su hermano.

La comida

Zhang Dalai pareció dudar por un instante, él amaba la comida hecha por su hermana. Consideraba que tenía manos divinas, bendecidas por los mismos dioses.

Pero No... ¡Tenía que resistir!

Zhang Ayan suspiró.

Al parecer era momento de ponerse serios. No era la primera vez que su hermano estaba a punto de cometer un crimen. Y pagar el abogado no salía para nada barato y mucho menos pagar a los testigos para que la noticia no llegara a oídos de su tía ni se difundiera entre la prensa o los chismes de la gente de pueblo que solía llegar hasta los oídos de los grandes.

CAMINANDO SOBRE LOS RESTOS DE MI PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora