Capitulo 15:

96 10 0
                                    

Una semana después, autorizaron a Calum para salir del hospital. No le dijeron que tome reposo o algo especial. Simplemente seguiría con su rutina al igual que antes del accidente.

Ahora mismo estaba aprontando mis cosas para otro aburrido miércoles en el instituto.

Hasta ahora no lo he mencionado, pero extrañaba la presencia de Eiden.

Sí, está conmigo cada vez que estoy junto a Calum, pero, me siento bastante sola.

Antes absolutamente siempre tenía a alguien con quien hablar, alguien que me sacara una sonrisa, pero lo perdí.

Quisiera hablar con él, a solas, sin que Calum escuchase nuestra conversación. Escuchar su respuesta. Cada día es peor que el anterior y no puedo hacer nada al respecto.

Me tiré en mi cama boca abajo e intenté no llorar. Lo necesitaba tanto.

-¿Antonella? ¿Estás bien?- preguntó.

Michael a mis espaldas.

-No- le conteste sinceramente y me di vuelta. El se sentó en la cama a lo que yo hice lo mismo.

-¿Qué pasa?- me preguntó preocupado.

Me encogí de hombros.

-No lo se...- dije -....Me siento un poco sola-.

-¿Por lo de Eiden? Tranquila, si quieres me vuelvo invisible y hablo contigo si lo necesitas-.

Fue estúpido lo que dijo, pero aun así me sacó una sonrisa.

-No quieres ir al instituto hoy, ¿o sí?- dijo seguro. Negué con la cabeza.

-Bueno- dijo parándose -Entonces tendremos un día de hermanos-.

Reí ante su propuesta. Pero finalmente volví a recostarme en la cama.
-No tengo ánimos para hacer nada- le dije.

-Oh, vamos. Piénsalo así;- dijo -Eiden era como un hermano, lo único que era como el aire. Ahora me tienes a mi, tu hermano visible- dijo.

Otro sonrisa se dibujó en mi rostro.

-Eres tan idiota- le dije aguantando la risa.

-¿Qué haría Eiden en este momento, para que saques tu trasero de la cama?- se preguntó rascándose la barbilla -¡Ya sé!- dijo.

-Buuu no puedes verme- dijo acercándose a mi -buuu- repitió y en un abrir y cerrar de ojos estaba tirada en el suelo.

-Sera mejor que corras- le advertí levantándome del suelo.

El salió corriendo por mi puerta, a lo que yo lo seguí. Luego bajó las escaleras rápidamente.

Corrimos alrededor de la casa hasta que yo tomé ventaja y me tiré encima de él.

-¿Podrías salir de mi espalda? ¿Por favor?- me preguntó con la mitad de su cabeza aplastado contra el suelo.

-¿Cuál es la palabra mágica?- le pregunté riendo.

-Perdón- dijo haciendo que lloraba.

Reí y salí de encima de él.

-No siento esta parte de mi cara- se quejó parándose.

-Nunca en tu vida vuelvas a hacer lo que hiciste- lo amenacé tratando de estar seria.

-Sí, lo que quieras-.

Por la tarde ya tenia mi ánimo bastante alto. A pesar de no tener a Eiden, tenia a Michael.

Era imposible sentirme sola con Michael. Cuando aceptabas su oferta de pasar el día con el, era literal cada segundo del día. Apenas lograba dejarme ir al baño sola.

EIDEN (novela de Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora