JiMin tuvo la sensación de que aquella puesta de sol era solo ellos. No había nadie más cerca, ni rastro de ningún otro ser humano mientras los colores se intensificaban a su alrededor, y todo se teñía de un tono rojizo y dorado.
Entonces Jungkook apartó la mano de su espalda y, a pesar de las maravillosas vistas, lo que Jimin echó de menos fue aquello.
Echó de menos su calor y la sensación que le había provocado al tocarlo.
El sol siguió bajando y el contuvo la respiración, pero ni siquiera tanta belleza consiguió que se olvidara de que Jungkook seguía allí, a su lado.
Nunca se había sentido tan atraído por un hombre.
Lo tenía tan cerca que podía aspirar el olor amaderado con toques de café de su feromonas algo que hizo remover a su lobo.
Tan cerca que podía notar el calor de su cuerpo. Tan cerca.
Y, no obstante, él no hizo nada para acercarse más.
La ciudad fue acogiendo al sol poco a poco, y según iban pasando los segundos, Jimin iba deseando cada vez más que Jungkook volviese a tocarlo.
Aunque lo que deseaba en realidad, más que el hecho de que lo rozase con el brazo, era que lo besara.
En aquel momento perfecto, con aquella puesta de sol tan romántica de fondo.
¿Por qué no intentaba tocarlo? ¿Por qué no lo besaba?
No podía haber más tensión en el ambiente, Jimin se inclinó ligeramente hacia él, pero Jungkook no se acercó.
No se movió de donde estaba.
Cuando la ciudad se tragó el sol por completo, Jimin ya no podía más.
Se aferró a la barandilla con ambas manos y suspiró, decepcionado.
–Increíble –comentó él a sus espaldas. Y el se sintió tonto.
Había pensado mal de él, había intentado protegerse, y él solo había querido compartir la cena y la puesta de sol con alguien.
Jimin enterró su libido donde había estado hasta entonces y le dijo a su lobo que se calmara, algo que no le hizo nada de gracia al mencionado.
No tenía derecho a sentirse decepcionado.
En realidad, el tampoco había querido que ocurriese nada.
–Ha sido espectacular –le dijo, girándose hacia él
–Gracias por haberlo compartido conmigo, y por la deliciosa cena. Ahora, debería marcharme.
–¿No te apetece tomar un café? El negó con la cabeza. Se sentía como una tonto.
Fue hacia la mesa, donde había dejado el bolso, e intentó decir algo gracioso.
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DULCE VENGANZA |KookMin|
Lãng mạnSu vengativa seducción... ¡los uniría para siempre! Park Jimin un dulce Omega que tenía miedo a que alguien intentase aprovecharse de su recién heredada fortuna Pero el carismático he imponente alfa Jeon Jungkook ya era multimillonario y la a...