Dos meses después…
JUNGKOOK no necesitaba pasar demasiado tiempo en la escuela de la Fundación Jeon. Asistía a todas las reuniones de la junta, por supuesto, e iba a ver las actuaciones de los niños en Semana Santa y Navidad, pero nada más. Así que el director se mostró muy sorprendido cuando se presentó allí un día, sin más.
–Señor Jeon –le dijo, tendiéndole la mano para darle la bienvenida–. No lo esperábamos. ¿A qué debemos semejante placer? Jungkook le dio la mano.
–No te robaré mucho tiempo, Con. Solo quería comprobar que mi dinero se está utilizando bien.
–Que no le quepa la menor duda –respondió el director en tono orgulloso–. ¿Quiere que demos una vuelta y se lo enseño? Condujo a Jungkook por los pasillos del edificio que en el pasado había sido un orfanato, hasta que habían dejado de llegar bebés y se había abandonado.
Después Jungkook había encontrado la propiedad y había decidido que era perfecta para una escuela, para los niños de la calle que no tenían dónde vivir, nada que llevarse a la boca y ninguna posibilidad de recibir una educación. Niños de la calle que podían convertirse en ciudadanos útiles si se les enseñaba otro modo de sobrevivir y prosperar.Niños cuyo futuro no estaría determinado por el destino, sino por las oportunidades. Niños que podían beneficiarse de las lecciones que él había aprendido y que habían hecho que pasase de ser un chico de pueblo a ser multimillonario. El director le enseñó las clases, donde había estudiantes de seis a dieciséisaños, todos haciendo matemáticas o leyendo, aprendiendo destrezas para la vida diaria los de mayor edad, desde cómo abrir una cuenta bancaria, pasar por una entrevista de trabajo o negociar un acuerdo.
Luego fueron a la cocina, donde estaban preparando la comida. Pasaron por la residencia, donde algunos niños tenían, por primera vez en su vida, una cama y una habitación. Y cuanto más tiempo pasaba allí, mejor se sentía Jungkook. Cuando se marchó lo hizo pensando que no era una mala persona, aunque esa hubiese sido su sensación desde el día que Jimin había firmado los documentos. Aquella visita le había demostrado que no era malo, pensase lo que pensase Jimin de él.
Porque no le había robado su fortuna porque tuviese nada contra el. Lo había hecho por Jung-Su y por la promesa que le había hecho a su padre. Aquello no tenía nada que ver con Jimin . No era nada personal. Cuando volvió a su despacho, ya no estaba tan animado.
Se sentó en su sillón y juró entre dientes. Ya había sabido que no le duraría el buen humor, nunca lo hacía. Últimamente nada lo satisfacía, nada podía aliviar aquella sensación de insatisfacción. No estaba bien y no tenía sentido, porque estaba más ocupado que nunca. Tenía un nuevo imperio del que ocuparse, una nueva fortuna que gestionar. Pero no era suficiente. Sentía que, después de haber logrado su objetivo, ya no tenía ningún motivo para continuar, ninguna otra meta que alcanzar.
Yoongi lo llamó por teléfono y él estuvo a punto de no responder. No lo soportaba, se había vuelto arrogante y altivo. No obstante, seguía trabajando para él, así que descolgó. –¿Si?
–Tengo noticias –le dijo Yoongi Y Jungkook supo por su tono de voz que tenía que ver con Jimin .
–¿Qué? –inquirió con impaciencia. Porque si iba a contarle lo mismo de siempre, que tenía un aspecto horrible y se pasaba el día entre su triste apartamento y el trabajo, no necesitaba oírlo. No necesitaba sentirse más culpable.
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DULCE VENGANZA |KookMin|
Lãng mạnSu vengativa seducción... ¡los uniría para siempre! Park Jimin un dulce Omega que tenía miedo a que alguien intentase aprovecharse de su recién heredada fortuna Pero el carismático he imponente alfa Jeon Jungkook ya era multimillonario y la a...