DESPUÉS de aquello, a Jimin le costó todavía más esfuerzo mantener las distancias con Jungkook. Tuvieron que trabajar juntos y Jimin le pedía consejo con frecuencia. El resentimiento que sentía por él cada vez era menor. Aquel era un hombre diferente, que lo escuchaba y lo trataba como a un igual, al menos, en lo relacionado con aquel proyecto. A menudo comían juntos y las conversaciones eran cada vez más fluidas y civilizadas.
Jungkook incluso había dejado de intentar controlarlo y de darle consejos acerca de cómo se debía cuidar. Pero, en cierto modo, aquello hizo que vivir con él le resultase todavía más difícil.
La tensión se palpaba en al ambiente cuando estaban juntos, cuando sus miradas se cruzaban, cada vez que Jungkook le sonreía.
Pero Jimin tenía claro que no iba a cometer el error de volver a tocarlo y no dejaba de recordarse que solo era el Omega que tendría a su hijo. El bebé seguía creciendo en su interior y su cuerpo iba cambiando día a día y su vientre, cada vez más prominente, empezaba a causarle problemas.
Estaba en su dormitorio probándose ropa, pero nada le sentaba bien.
No tenía nada que ponerse para la gala en la que anunciarían la nueva ala del museo, que tendría lugar dos días después. No tenía ningún traje lo suficientemente elegante y el traje vinotinto que se había puesto aquella noche para cenar con Jungkook ya no le servía.
Tanto mejor, prefería no pensar en aquella noche. No obstante, había intentado ponérselo y el cierre del pantalón se le había quedado atascada.
Llevaba cinco minutos peleando con el sin éxito. Jungkook llegó a casa y preguntó:
–¿Dónde estás?
Jimin suspiro.No tenía elección. Iba a tener que pedirle ayuda.–En mi vestidor. Atascado
–¿Puedo entrar? –preguntó él.
–Por favor. No puedo salir de este traje .
Se cruzó de brazos y lo vio aparecer por la puerta
–¿Qué haces?
–Intento encontrar algo que ponerme para la gala, pero nada me sirve y se me ha atascado el cierre ¿Me puedes ayudar?
A él le brillaron los ojos y Jimin supo que aquello no era buena idea.
–Por supuesto –le respondió Jungkook, acercándose. Jimin, cerró los ojos y contuvo la respiración.
–¿No es el traje que te pusiste…?
–Sí.
–Vaya –comentó él mientras tiraba del cierre. Jimin sintió sus dedos en la piel y deseó echar a correr.
–¿Cómo lo ves? –le preguntó a Jungkook intentando hablar con naturalidad.
–No quiero romper el pantalon, así que estoy intentando hacerlo con cuidado –le dijo él.
–¡Me da igual el pantalon!
–Espera –añadió él como si estuviese disfrutando del momento, tirando suavemente de la cremallera–. Ya está. Y se lo bajó. Hasta el final.
–Gracias –le dijo Jimin, respirando con dificultad–. Muchas gracias.
–Minie… –susurró él, desnudándolo con la mirada. Jimin sacudió la cabeza.
–No –le advirtió, a pesar de que su cuerpo le pedía todo lo contrario. Él se incorporó lentamente, rogándole con la mirada.
Y Jimin supo lo que ocurriría si le decía que sí, pero también supo cuál sería el precio de semejante placer. La última vez había tardado dos meses en recuperase y todavía no estaba fuerte. No podía pasar por aquello otra vez.
–Ya tuviste tu oportunidad –le dijo–. Y me traicionaste. No voy a permitir que lo vuelvas a hacer.
El gesto de Jungkook cambió como si le hubiese echado un jarro de agua helada por encima.
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DULCE VENGANZA |KookMin|
RomanceSu vengativa seducción... ¡los uniría para siempre! Park Jimin un dulce Omega que tenía miedo a que alguien intentase aprovecharse de su recién heredada fortuna Pero el carismático he imponente alfa Jeon Jungkook ya era multimillonario y la a...