Capitulo 16

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DESPUÉS  de  aquello,  a  Jimin  le  costó  todavía  más  esfuerzo  mantener  las distancias    con    Jungkook.    Tuvieron    que    trabajar    juntos    y    Jimin   le    pedía consejo    con    frecuencia.    El    resentimiento    que    sentía    por   él   cada   vez   era menor.  Aquel  era  un  hombre  diferente,  que  lo  escuchaba  y  lo  trataba  como  a un igual, al menos, en lo relacionado con aquel proyecto. A  menudo  comían  juntos  y  las  conversaciones  eran  cada  vez  más  fluidas  y civilizadas.

Jungkook  incluso  había  dejado  de  intentar  controlarlo  y  de  darle consejos acerca de cómo se debía cuidar. Pero,  en  cierto  modo,  aquello  hizo  que  vivir  con  él  le  resultase  todavía  más difícil.

La  tensión  se  palpaba  en  al  ambiente  cuando  estaban  juntos,  cuando sus miradas se cruzaban, cada  vez que Jungkook le sonreía.

Pero  Jimin  tenía  claro  que  no  iba  a  cometer  el  error  de  volver  a  tocarlo  y  no dejaba de recordarse que solo era el Omega que tendría a  su hijo. El  bebé  seguía  creciendo  en  su  interior  y  su  cuerpo  iba  cambiando  día  a  día y su vientre, cada vez más prominente,  empezaba a causarle problemas.

Estaba  en  su  dormitorio  probándose  ropa,  pero  nada  le  sentaba  bien. 

No tenía  nada  que  ponerse  para  la  gala  en  la  que  anunciarían  la  nueva  ala  del museo, que tendría lugar dos días después. No  tenía  ningún  traje lo  suficientemente  elegante  y  el  traje vinotinto que  se  había  puesto  aquella  noche  para  cenar  con  Jungkook  ya  no  le  servía.

Tanto mejor, prefería no pensar en aquella noche. No  obstante,  había  intentado  ponérselo  y  el cierre del pantalón  se  le  había  quedado atascada.

Llevaba cinco minutos peleando con el sin éxito. Jungkook llegó a casa y preguntó:

–¿Dónde estás?
Jimin suspiro.No tenía elección. Iba a tener que pedirle ayuda.

–En mi vestidor. Atascado

–¿Puedo entrar? –preguntó él.

–Por favor. No puedo salir de este traje .

Se  cruzó  de  brazos  y  lo  vio  aparecer  por  la puerta

–¿Qué haces?

–Intento  encontrar  algo  que  ponerme  para  la  gala,  pero  nada  me  sirve  y  se me ha atascado el cierre ¿Me puedes ayudar?

A él le brillaron los  ojos y Jimin supo que aquello no era buena idea.

–Por supuesto –le respondió Jungkook, acercándose. Jimin, cerró los ojos y contuvo la respiración.

–¿No es el traje   que te pusiste…?

–Sí.

–Vaya –comentó él mientras  tiraba del cierre. Jimin  sintió sus dedos en la piel y deseó echar a correr.

–¿Cómo lo ves? –le preguntó a Jungkook  intentando hablar con naturalidad.

–No    quiero    romper    el    pantalon,    así    que    estoy    intentando   hacerlo   con cuidado –le dijo él.

–¡Me da igual el pantalon!

–Espera  –añadió  él  como  si  estuviese  disfrutando  del  momento,  tirando suavemente de la cremallera–. Ya está. Y se lo bajó. Hasta el final.

–Gracias  –le  dijo  Jimin,  respirando  con  dificultad–. Muchas gracias.

–Minie… –susurró él, desnudándolo con la mirada. Jimin  sacudió la cabeza.

–No –le advirtió, a pesar de que su cuerpo le pedía todo lo contrario. Él  se  incorporó  lentamente,  rogándole  con  la  mirada. 

Y  Jimin  supo  lo  que ocurriría    si    le    decía    que    sí,    pero    también    supo    cuál    sería    el    precio    de semejante  placer.  La  última  vez  había  tardado  dos  meses  en  recuperase  y todavía no estaba fuerte. No podía pasar por aquello otra vez.

–Ya  tuviste  tu  oportunidad  –le  dijo–.  Y  me  traicionaste.  No  voy  a  permitir que lo vuelvas a hacer.

El  gesto  de  Jungkook cambió  como  si  le  hubiese  echado  un  jarro  de  agua helada por encima.

DULCE VENGANZA |KookMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora