CANDECE || Draco Malfoy

𝑐.𝟷𝟹.V⒉

**ADVERTENCIA: ESCENAS EXPLÍCITAS, LEER CON DISCRECIÓN.**

-Vamos.- ordenó, tomando mi brazo y comenzando a jalarme fuera del lugar.

Comencé a mirar hacia todos lados buscando a mis amigos pero no los logré ver, nos comenzamos a acercar a la salida y el viento frío comenzó a chocar con mi cara y mis piernas, puede ver las luces de los autos y de las lámparas así como alguna persona afuera.

Y ahora estaba apoyada contra la pared de espejos del elevador del edificio donde antes vivía con Ivan. Fue como si volviera a despertar, no recuerdo salir por completo del club o el camino hasta aquí. Que carajos me estaba pasando.

Mire hacia el otro lado del elevador y ahí estaba él su espalda apoyada en el espejo su mirada fría y fija en las piernas del elevador.

Aún no lograba entender en qué momento lo llame, ¿Y si no me quedé inconsciente?, Mierda ahora que hago.

-Deja de pensar tanto o te dolerá la cabeza.

¿Eso fue un chiste o.-

-No es un maldito chiste, estás drogada y ebria, no quiero volver a tener que verte volver el estómago.

El tono serio y frío que siempre usaba solo que ahora también parecía molesto.

-¿Que jamás fuiste a una fiesta en la que te divertirás?.- lo mire ahora apoyándome en uno de los barandales que había.

-Claro que sí, solo que yo no hacía el ridículo, y sabía beber.- me dedico una mirada fría.

-Creo que eras de los que se iban a dormir a las 9.- incline mi rostro hacia un lado buscando el de él, me miró y después solo llevo sus desde a presionará sus ojos.

Tal vez me lo imaginé o tal vez si paso pero ví como sus labios se curvaron e intentó ocultarlo, sinceramente en este punto no recordaba ni mi nombre.

Me deslice por la pared para llegar a su lado y acomodarme en una mejor posición para salir ya que estaba por llegar al piso, eso sí lo recordaba.

Al llegar el elevador se movió bruscamente y me hizo chocar con su costado a lo que él se movió para ayudarme, pero ya habíamos quedado muy cerca del rostro del otro. Me quedé inmóvil pero él llevó su mano a mi rostro a quitar con su dedo los mechones de cabello que estaba en mi rostro, sentí como mi piel se erizaba.

-Me gustan tus ojos.

Respira, respira, respira, respira, respira, respira, respira, respira.

-Y a mí me gustas tú.

Sentí sus labios estrellarse contra los míos, de inmediato correspondi el beso sin dudarlo.

Volver sentir sus labios con los míos fue placentero demasiado aún en la condición en la que seguía, pero lo deseaba tanto, sus labios suaves y su olor seguís en mis fosas nasales aún con todo el humo de los cigarrillos que había inhalado toda la noche.

Mis manos subieron a su nuca para después subirlas y entrelazarlas en los mechones de cabello. Sus manos en mi cintura atrayéndome más a él, su espalda chocó ahora con la pared del espejo de al lado apoyándonos sobre ella.

Las puertas del elevador se abrieron dejando ver por fuera, me aleje de él para salir hacia el pasillo, pero en cuanto salimos me empujó contra una pared para volver a besarme ahora con desesperación llevando sus manos a mis músculos y levantamos enrede mis piernas en su torso, mordió mi labio y un gemido salió de mi para después volver a besarme mientras que sus manos comenzaban a recorrer mi cuerpo.