CANDECE || Draco Malfoy

𝑐.𝟷𝟺

Los días pasan muy jodidamente rápido cuando se trata de volver a esta casa.

Me había pasado dos días en casa de Ivan desde lo sucedido, no quería volver a la mansión pero tenía todas mis cosas ahí, y seguir usando la ropa de Iván no era una opción, así como que Ren me encontrará en el departamento de él.

Estaba sentada en las escaleras y a mis espaldas está la gran mansión, la puerta estaba cerrada.

Llevaba una hora aquí pensando si era buena idea entrar o irme y no volver.

¿Por qué no me fui con Ivan cuando dejo aquí?, Le hubiera dicho "llévame a tu departamento lleno de basura y ropa sucia".

Basta ya, que es lo peor que puede pasar.

Tomé mi bolso del suelo  para ir directo hacia la puerta, en cuanto estuve frente a esta, se abrió dejándome ver dentro de ella.

Entre de puntillas  intentando no hacer ruido con mis pisadas así podría llegar a mi habitación sin problema y no llamar la atención de algún huésped.

—¡Carajo!.

Maldije internamente cuando la puerta a mis espaldas se azotó, me quedé intacta llevando mi vista a todos lados buscando señas de alguien -en específico de algún platinado.-

Camine hacia las escaleras cuando no hubo ninguna señal, al parecer no había nadie solo quedaba llegar hasta la habitación.

—Se puede saber, ¿Dónde se metió?.

El sonido de la voz que ya me era familiar, resonó por todo el lugar. No quería voltear así que me quedé en mi lugar con la mirada agachada.

Volvió a repetir la pregunto ahora con más dureza, mire hacia arriba cuando detecte de dónde venía su voz.

—Buenas tardes, para usted también.— le sonreí, estaba apoyado de un barandal un pisos arriba de mi.

Comencé a subir las escaleras ignorando los reclamos que empezaban a salir de su boca. Lo que menos necesitaba ahora era pelear con alguien y menos con el no después de todo lo que había pasado.

—Pensé que había sido claro cuando dije que aquí hay reglas, y una de ellas era que tenía que llegar aquí.— lo escuché reclamar con más claridad cuando llegue hasta el piso donde se encontraban el.

—¡No tengo quince años y no necesito un niñero.!, Me sé cuidar sola.—me queje, pase a un lado de él para después dejarlo atrás de mi.

Seguí mi camino hasta el cuarto, se volvió eterno aún cuando el platinado no volvió a emitir ningún ruido después mi reclamo.

Solo necesito volver a nacer y no hacer nada de esto en ninguna otra vida.

Me pasé toda la noche y parte del medio día en mi habitación sin asomarme ni siquiera a la ventana, en el fondo tenía miedo de salir y encontrarme con Draco Malfoy, a pesar de que mantuve la cordura hace un rato cuando lo ví y lo tuve cerca me preguntó: ¿Cómo actuaría mi cuerpo o yo?. después de lo que había pasado ¿Fue parte del efecto de la droga o realmente pasó?, Aún tenía dudas.

Necesitaba salir o perdería la cabeza en estas cuatro paredes, necesito aclarar mi mente.

Iba saliendo de mi habitación cuando la imagen pequeña de un elfo doméstico apareció, solté un quejido y seguido llevé mis manos a mi boca para taparla.

—Oh, disculpe señorita, no era la intención de Caranthir asustarla.— explico la pequeña criatura.

—No, no discúlpame a mí, ¿Qué llevas ahí?.— señale sus manos que tenían un paquete con un moño rojo.