CANDECE || Draco Malfoy

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Había caminado sin dirección, físicamente en los pasillos fríos de la mansión, mentalmente seguía en la biblioteca con el señor Malfoy tan cerca de sus labios.

Inhale profundamente cuando encontré la habitación que compartía con Scorpius,di dos suaves toques en la puerta de madera oscura en frente a mi.

Está se abrió dejando ver mi figura por el marco de esta, mis ojos notaron de inmediato a la figura de el platinado sentado en uno de los sillones del cuarto, tenía un libro de tapa verde oscura entre las manos.

Me dedico una mirada rápida para volver al libro que tenía. Volvió a mirarme haciendo que se levantara exageradamente del sillón para llegar hasta donde estaba, pregunto por mi aprecia llena de polvo y el corte en mi rostro.

Le di una explicación muy corta, quitando importancia para que dejara de preguntar por mi aspecto.

No le iba a decir que había estado con su padre. Pues me había dicho que no quería que le hablara porque era un hombre ocupado y no quería que yo lo interrumpiera con mis tonterías.

Pase a un lado del platinado en dirección al baño del lugar para limpiar y ver el corte en mi rostro. No era tan grande, era muy pequeña siendo honesta.

Saqué el botiquín de unos de los cajones para limpiar la herida en mi rostro. Para después limpiarse del polvo que había caído del estante de libros.

Escuché la voz de Scorpius desde afuera del baño

— Tenemos que hablar — dijo en un tono serio.

— Tengo lastimada una mano, un corte en la frente y me está doliendo la cabeza. No quiero pelear así que –

— Perdón — gritó desde afuera del baño, me quedé callada por su respuesta.

Jamás lo había oído pedir perdón por algo. Siempre minimizan todo o le echaba la culpa a alguien más y ¿Ahora está pidiendo perdón?.

— Lo que dije abajo y como actue no fue lo correcto y más cuando pásate por algo así, es solo que, he estado bajo precio eso idiota del ministerio sintiendose superiores — escupió— aparte me preocupe cuando no llegaste a tu hora habitual.

Abrí la puerta del baño para verlo ahora, parado frente a mí, apoyado del marco.

— No voy a volver a hablarte o tratarte así— hizo una pausa larga — Ni mi madre lo volverá hacer. Nunca has sido grosera con ella y no tiene porqué serlo contigo.

Buenos por lo menos se está disculpando y le pondrá un alto a Astoria.

— Te perdono. Pero si vuelves hacer un idiota conmigo te haré un rasguño como este.— advertí, soltó una risa para después asentir.

—¿Se me verá igual de bien que a ti? — dijo en un tono burlón, golpee su hombro haciendo que chillara.

—Cállate — ordene, volvió a burlarse atrayendome hacia él para envolver sus brazos en mi torso.

En cuanto su figura cubrió la mía puede sentir un ligero aroma a licor proveniente del platinado.

—¿Volviste a pelear con tu padre?— pregunté, me alejo con brusquedad de él.

—Tú comentarios a qué vine — respondió, se alejó de mí para dejarse caer sobre la cama.

Señale con mi cabeza hacia la mesa de noche junto a la cama del lado que suele dormir Scorpius. Una botella de whisky medio llena junto a un vaso con algo de líquido en el.

—Si, es un idiota — se quejo, llevando sus manos a su rostro.

—¿Y ahora cuál fue el problema?