Hoy miraré al sol, al oeste del horizonte, cuando decida dar por terminado el día y comenzada la noche.
Hoy me sentaré a ver como la luna, por el este, comienza su viaje y se eleva hacia lo que será, en un momento, la cumbre de su viaje.
El cielo brilla entre naranjas, rojos, amarillos y celestes, en serio, creo que es maravilloso.
La luna se encuentra en su posición más alta, parece como si, de lleno, decidiera observarme.
Hoy es uno de esos días en los que me cuestiono respecto a todo lo que he hecho, todo lo que ha pasado, todo el amor que he dado y todo el que he perdido.
El que he dado y el que he perdido, son distintos.
Uno será, voluntariamente, otorgado, adornado y decorado con sentimientos, cariño, amor, comprensión, pasión.
El otro, por el contrario, será arrancado, impulsivo, inoportuno, triste.
Será, por esencia, escoltado en lágrimas, llamado en suspiros, aclamado en gritos y callado en silencios que se morirán por estallar en la comisura de nuestros labios. Será, en serio lo será, silencioso y callado, se parecerá eterno.
No puedo dejar de pensar en esto, supe entonces que me significaría un conflicto relacionarme contigo.
Supe, ignoré y mi acción estuvo guiada por eso que supe e ignoré.
Pero, incluso ahora pensando en eso, me permito hacerlo sin sentir culpa. Me permito admitir mis errores, comprender mis falencias, entenderme y abrazarme.
Ahora, incluso después de todo eso, me permito abrazarme, yo, uno que sabe ser uno con la tristeza.
La luna parece escucharme, se cubre en sábanas de melancolía ante mí fortaleza, las nubes pretenden tapar la cara de la luna.
Las nubes pretenden tapar la cara de la luna, esa que supo verme negarlo, admitirlo, modificarlo, humillarme en arrepentimiento.
La luna supo escucharme gritarle en desesperado arrepentimiento, en encontrado desespero y en desencontrado acierto.
Se sabrán, prontamente, las cuatro de la mañana. Será entonces momento de evitar arrepentirme de esto, será momento de recordar y no olvidar en un intento por no derrumbarse al sentirlo, al sentir el dolor que ser consciente acarrea.
Hoy se supieron las cuatro.
Hoy es mi primera noche extrañando lo que hubo, sabiendo que no volverá.
Hoy, por primera vez, se hicieron las cuatro y en mi alma y corazón no queda rastro de esperanza alguna respecto a ese amor que supo ser arrancado, perdido.
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La poesía en tus ojos, mentira
PoetryEn esta historia hay cuentos. Cuentos varios, historias, poemas -capaz- e, incluso, pequeños pedazos de mi corazón que he dejado partir en la búsqueda de terminar con el desamor. Son cuentos que no son contados, son leídos. En mi nunca existió la...