III | Cúmulo de emociones

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Capítulo dedicado a beaabp me encanta llenarte de teorías y que no sepas de quién fiarte, me alegras la semana con tus comentarios

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Capítulo dedicado a beaabp me encanta llenarte de teorías y que no sepas de quién fiarte, me alegras la semana con tus comentarios. Gracias por acompañarme en una aventura más. 🖤



Cúmulo de emociones


Orión estaba saliendo de un largo y aburrido día de clase, como había hecho cada día de la semana.

Lo único bueno en comparación al resto de los otros días era que, al ser viernes, tendría un fin de semana por delante antes de volver al horror que significaba para él el instituto.

Se descolgó el casco del brazo, enganchándolo en uno de los manillares de la moto. Abrió el asiento hacia arriba para guardar su mochila, y así poder marcharse del lugar, antes de cerrarlo con un golpe seco.

No podía esperar a marcharse de allí.

Con eso en mente, se subió a la moto con un pie en cada lado del vehículo. Estaba a punto de colocarse el casco y desaparecer de la entrada cuando algo, más bien alguien, llamó su atención, captando a las dos chicas por el rabillo del ojo.

El cabello casi blanquecino de Fayna resaltaba siempre sobre el resto de estudiantes.

Aunque no fuese eso lo que le había llamado la atención sino la forma en que encorvaba el cuerpo hacia delante mientras andaba con demasiada lentitud, iba acompañada de Nashira que rodeaba uno de sus hombros. También se fijó en el sonrojo de Fayna que destacaba aún más debido a su pálida piel.

No tenía buen aspecto.

La idea de acercarla a casa cruzó por su mente, pero la desechó tan rápido cómo apareció.

No podía llevarla.

No a alguien como ella.

Sin embargo, cuando una tercera persona apareció en su campo de visión, lo que ella fuese pasó a un segundo plano. Una sensación extraña le recorrió de pies a cabeza, cambiando de parecer en menos de un minuto.

Introdujo las llaves en la toma de contacto y arrancó el motor. Aceleró, a pesar de las advertencias de velocidad que había en el aparcamiento para poder alcanzarlas antes de que salieran por la puerta de la entrada. Frenó frente a los rostros sorprendidos de ambas chicas.

Mientras que Fayna palidecía aún más —si eso era posible— ante su presencia, Nashira sonrió, mostrando sus dientes blancos que destacaban sobre la piel que era del color de la miel bajo el sol de verano, aunque no tardó en desviar de nuevo la mirada a Fayna.

Desde tan cerca era capaz de apreciar incluso con más detalle el mal aspecto que tenía.

Se percató de que tenía los ojos azules inyectados en sangre por el llanto y al descender la mirada se encontró con varias marcas rosáceas que reptaban por su pecho hasta esconderse bajo su camisa blanca, destacando de manera llamativa por culpa de su tez clara. Arrugó la frente mientras seguía recorriendo su cuerpo.

Yin. El bien dentro del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora