Capítulo 1

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|Victoria|

Apreté mi mano alrededor de la de la Sofi mientras ella le marca a la que debia ser la dueña de la casa y carrete. Hablan un ratito entre risas y yo mire al Alex que estaba parado a mi otro lado.

—Me duele la guata. — Le suelto y él me miró frunciendo el ceño pero con una sonrisa.

— Te va a dar diarrea. — Respondió mientras se ríe un poco.

— Eri terrible cochino. ¿Eso le diraí a todos tus pacientes cuando te digan que les duele la guata? — Fruncí el ceño. — Yo creo que es por los nervios. — Me llevé mi mano libre a mi guata y el nudo de nervios que sentía se hizo un poquito más molesto.

— Tranquila, es solo un carrete. Ni que no hayas ido a uno. — Se encogió de hombros.

— ¡Pero nunca de colada! Se siente casi ilegal. ¿Y si me sacan a patadas?

— Victoria, es año nuevo, a todos les vale pico. — Dijo la Sofi, que no sé en qué momento cortó la llamada. — Último día del año nadie se enoja.

— Sipo, exagera' — El Alex me dio un empujón con el cuerpo. — Perseguida.

— Callate vo' — Le devolví el empujón con la cadera. Mire a la Sofi que me empezó a hacer nanai con el pulgar en la mano porque cacho que la aprete un poquito. — ¿Segura que no importa?

— Nah, contra más gente mejor, eso me dijo la Lucia. — Seguro es era la mina de la llamada.

— Pero no vomites nomás. — Apreté los labios al escuchar de nuevo al Alex.

— Oh, cállate weón pesao'. Así no querrá salir más con nosotros. — Gritó la Sofi ya chata de su hermano.

— Sipo. — Agregué altiro.

— Colada. — Me dijo el Alex y le di un empujón.

Es un año mayor pero a veces es como un cabro chico. Los dos ya me conocen lo suficiente como para saber qué me pongo nerviosa desde chica con esto de conocer a mucha gente al mismo tiempo, y este nunca se pierde ni una para molestarme, aunque en el fondo se que si me pasará algo este leso si se preocuparia.

La puerta se abrió y apareció una chica muy bien maquillada. La música se escuchaba súper fuerte y logré ver qué no había tanta gente dentro de la casa pero sí en lo que parece ser la terraza. Apreté instintivamente el agarre de la mano de la Sofi.

— ¡Buenas! — Gritó ella dándome una pequeña mirada antes de hacernos pasar. Ni le importo y eso me relajo mil veces más.

Casi escuché al Alex diciendome perseguida en su mente.

La mina nos explicó que el copete estaba en la terraza que es donde toda la gente bailaba, que no podíamos subir al segundo piso, que en la sala de estar no se podía tomar y nos deseó un feliz año nuevo antes de desaparecer escaleras arriba.

Eso fue más fácil de lo que pensé

Mish.

— No fue tan horrible, ¿No? — Dijo la Sofi mientras se gira a mirarme.

— En mi mente fue peor. — Siempre hago eso de pensar lo peor antes de que pase, la Sofi ya está acostumbrada y por eso rodó los ojos.

— Ahora quiero que conozcaí a mis amigas y a los cabros. — Aprieto suavecito mi mano por la emoción.

Eso no me gusta mucho, no quiero cagarla y caerle mal a los amigos de la Sofita y dejarla en una posición incómoda. Ya estaba preparada mentalmente para conocer solo a los cabros porque en la mañana había dicho que sus amigas no sabían si podrían venir.

Nuestro desastre [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora